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Gumaro no era periodista, servía al crimen organizado y por eso lo mataron: Fiscalía de Veracruz

CIUDAD DE MÉXICO.-La Fiscalía General del Estado (FGE) de Veracruz dijo hoy en un segundo comunicado que Gumaro Pérez Aguilando está vinculado con un grupo del crimen organizado. En uno anterior dijo que no era periodista.


“A partir de elementos contundentes que obran en poder de la Fiscalía Especializada en Atención de Denuncias contra Comunicadores, el avance de la investigación iniciada con motivo del deceso de Gumaro P.A., ocurrido en Acayucan, originan la probabilidad de que el hoy occiso formaba parte de un grupo delictivo que opera en el sur del estado”, dijo.


La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó el homicidio del periodista Gumaro Pérez Aguilando, perpetrado ayer en la ciudad de Acayucan. “Según la información hecha pública, dos personas armadas ingresaron a la escuela del hijo del Sr. Pérez Aguilando durante una celebración navideña y le dispararon en repetidas ocasiones en presencia de niños, niñas, madres y padres de familia y personal educativo”, expresó en un comunicado.

Pero la Fiscalía dijo que “los resultados de las diligencias realizadas por personal pericial, agentes ministeriales y el Fiscal Especializado, en coordinación con la Fiscalía Regional, mismos que se encuentran sustentados en un trabajo de inteligencia, investigación de campo y científico, son tendientes a acreditar que Gumaro P.A. colaboraba en actividades ilícitas de un grupo delictivo de la delincuencia organizada”.

La Fiscalía agregó que “lo anterior se robustece mediante la extracción pericial de datos, imágenes y conversaciones obtenidas a partir de su aparato telefónico móvil, al cual se tuvo acceso mediando toda formalidad de Ley; asimismo, existen registros proporcionados por el área de Prevención y Readaptación Social dependiente de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), de múltiples visitas realizadas por el finado a Gil ‘N’, alias ‘El Negro’, quien se encuentra recluido en un centro penitenciario y a quien se vincula con el liderazgo del citado grupo delictivo”.

Con este sustento, señaló, “las líneas de investigación establecen que fue ejecutado por un grupo delictivo contrario al que él servía, toda vez que el homicidio no tiene ninguna relación con actividades periodísticas, mismas que el occiso no desempeñaba, como ya se informó en boletín anterior. Todo indicio recabado por la autoridad cuenta con el sustento jurídico, científico y pericial, lo cual da certeza a la actuación que en el uso de sus facultades ejerce ls Fiscalía”.

Antes, también en un comunicado, la Fiscalía General del Estado asegura que el Gumaro Pérez Aguilando no era periodista porque al momento de su asesinato no trabajaba para algún medio de comunicación, sin embargo dijo que aún se investigan los hechos donde perdió la vida.

“Lo anterior deriva de que en la actualidad no trabajaba para medio de comunicación alguno, ni como reportero, ni como periodista, ni como fotógrafo, lo cual es confirmado por su cónyuge; así como por los medios El Golfo Pacífico, Diario de Acayucan, Liberal de Coatzacoalcos y Voz del Sur, en los cuales alguna vez colaboró, aunado a que un portal de su autoría fue dado de baja desde hace algunos meses”.

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EL ASESINATO

De tres balazos, dos en el tórax y el de gracia, fue asesinado el reportero Gumaro Pérez Aguilando, quien también se desempeñaba como empleado del ayuntamiento de este municipio. El hecho causó más polémica porque la ejecución se dio al interior del colegio Profesor Rafael M Aguirre Cinta, donde se celebraba la posada de su hijo de seis años. Fue en la zona centro de Acayucan y ante la mirada de unos 40 niños, compañeros de su hijo.

“Dos sujetos ingresados ​​y le dispararon cuando se encontraban sentados en una silla disfrutando de una agua de horchata”, relató la esposa del finado, Adelina Mendoza Hernández.

Expresó que ella, su esposo y el hijo de ambos había ido desde las 9 horas a la posada, donde tomó asiento y se acercó a las otras. Ella se marchó para atender su negocio.

“Fue en la salida, cuando escuché a los disparos. Me despedí de mi hijo y alguien dijo que había matado a un señor, que era mi esposo, que tenía un hijo cerca. Por despedirme, que no, me refugié en otro de los salones, y después salí, dejando mi hijo encargado, y confirmó que era él”.

Por la mañana, antes de irse a la posada, Gumaro Pérez comió barbacoa y pasta. Se apresuró a la posada en la primaria, donde la muerte le aguardaba.

El pasado 9 de diciembre, un empleado de una empresa de créditos, que era trabajador de un primo, fue asesinado. Cuentan en Acayucan que Gumaro Pérez confió a reporteros locales que pensaba que el asesinato había sido una confusión porque la víctima manejaba su coche y había muerto después de que lo persiguieron en el barrio Zapotal.

La ejecución se dio para delante de las primeras filas de niños del primer año de primaria que disfrutaban del festival navideño. También había padres de familia y maestros que disfrutaban de la comida y el agua de horchata.

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Al darse los disparos iniciales y después el de gracia, con más estruendo, se vino el pánico y la ola de sicosis, ya que el caso se retumbó en otros colegios cuyos padres llegaron a buscar a sus hijos.

La sicosis en la escuela, sin embargo, fue superada por la magnitud de la noticia: el homicidio del conocido comunicador.

El consuelo que le queda a la ahora viuda es que “mi hijo no está muerto”.

“Una persona me ayudó a esconderlo. Lo dije a una persona a la que se lo dejé que yo lo cuidara, que iba a ver las personas malas y se había ido”.

Al sitio arribó una unidad de personal de la Fiscalía General del Estado para iniciarse con las investigaciones. Hasta ahora no se tiene qué decir cuál es la línea de investigación, pues su trabajo como periodista lo ejercía con menos intensidad.

De hecho, el diario La Voz del Sur, donde trabajaba, y el cual era de su propiedad con otros colegas, salía solo una vez al mes con información de corte político.

La mayor parte de sus ingresos era como empleado del ayuntamiento de Acayucan, donde era muy cercano al Alcalde, Marco Antonio Martínez Amador, para el que trabajaba como asistente o chofer; en el área de prensa de ese municipio que se encontraba fuera del “jefe de prensa”.

EL HOMBRE DE ROJO

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Adelina Mendoza Hernández dijo en entrevista con este reportero que su esposo tenía 15 años ejerciendo el periodismo y que tiene 10 años en el matrimonio, que antes de ser comunicador trabajaba con su abuelo en un rancho, en la zona rural.

Dice que inició en el periodismo en el Diario de Acayucan, hace 15 años, donde creó un personaje, “el hombre de rojo”, que era él vistiendo ropa de ese color porque así “le daba más presencia al diario”.

“Hombre de rojo por la nota roja o amarillista que era la que hacía, la gente luego veía en la moto que andaba todo de rojo y así lo pusieron, el hombre de rojo y luego a la llamaba para que acudiera a cubrirse las noticias “.

El periodista finado también pasó por Liberal del Sur, Diario de Mina, Diario del Sur, El Mañanero.

Hace siete años, con otros colegas, fundó la Voz del Sur, que se sacaba impreso una vez al mes, luego por falta de recursos, cuando se podía, y últimamente, solo lo ejercía en redes sociales y un espacio en rojo.

En la entrevista a la esposa que “después de la violencia contra los periodistas, muchas veces le dijimos que nos fuéramos, que se saliera y que pusiéramos un restaurante”, pero sí resistencia.

Incluso, en el proyecto a corto plazo estaba contemplada la madre del comunicador, “el leyó que ella nos cocinaba, porque cocinaba rico”, pero el proyecto no se hizo y ahora Gumaro Pérez se suma a la lista de reporteros asesinados en el Gobierno de Yunes, con Ricardo Monloui, Cándido Ríos y Edwin de Paz.

FUENTE: SIN EMBARGO

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Publicado por
Redacción Quintana Roo
Etiquetas: encorto