A raíz de la publicación de su artículo “No me gusta Juanga (lo que le viene guango)”, donde manifiesta su desacuerdo con la música y letras de las composiciones de Juan Gabriel, tachándolas de “nacas” y descalificándolas desde una óptica de clase, cerca de tres mil personas firmaron una carta exigiendo la renuncia del director de TV UNAM, Nicolás Alvarado.
“Creo que a estas alturas no necesito acreditar el respeto que me inspiran ciertos productos de la televisión comercial ni mi afinidad por la cultura gay. Mi rechazo al trabajo de Juan Gabriel es, pues, clasista: me irritan sus lentejuelas, no por jotas sino por nacas, su histeria no por melodramática sino por elemental; su sintaxis, no por poco literaria sino por iletrada. Y sé que la pérdida es real y que es enteramente mía. Pero condicionado como estoy por mi circunstancia, no puedo dejar de reaccionar como reacciono”, sostiene el funcionario de la UNAM.
Unas horas después en la página web change.org se lanzó la petición “Queremos a Nicolás Alvarado fuera de TV UNAM”, que ya fue firmada por más de tres mil personas.
Nicolás Alvarado fue designado el pasado 18 de enero como director de TV UNAM por el rector Enrique Graue, en medio de una polémica porque venía de trabajar en Televisa y llegó con su equipo a desplazar a los que ya veían laborando en ese espacio universitario.
En el texto dedicado a la figura de Juan Gabriel, Alvarado despliega una serie de observaciones y críticas a la música y composiciones del cantautor recientemente fallecido, al que califica de letrista “torpe” y “absurdo”.
“Acaso extrañe el hecho a algunos, y particularmente a quienes me conocen. Porque dirijo un medio de comunicación, pero uno público y universitario, que no suele ocuparse de las noticias de farándula. Y, sobre todo, porque bien saben mis allegados que nunca me ha gustado Juanga: jamás fui a verlo en concierto (muchos atribuyen a ello mi reticencia a su trabajo), si hay discos suyos en mi casa –sólo dos: el álbum doble del concierto en Bellas Artes– es porque son propiedad de mi mujer, y conozco apenas unas pocas de sus canciones que, confesaré, me han bastado para identificarlo como uno de los letristas más torpes y chambones en la historia de la música popular, todo sintaxis forzada, prosodia torturada y figuras de estilo que oscilan entre el lugar común y el absurdo.”
“Ello, sin embargo, no me lleva a la ceguera cultural ni a la insensibilidad sociológica: sé bien que soy uno de los poquísimos mexicanos que no asumen a Juan Gabriel como un ídolo. Y sé también que el valor icónico que lo hace tal, equiparable al de la Virgen de Guadalupe, pero también al de Octavio Paz (no por lo que hizo sino por lo que representa en el imaginario nacional), le otorga derecho a ser materia de análisis e incluso de homenaje en todos los espacios, incluso en uno administrado por la Universidad Nacional, institución que estudia todo lo digno de ser estudiado, lo que por fuerza incluye también los fenómenos de masas que marcan la cultura”, concedió.
Pero al final, Nicolás Alvarado en su artículo reconoce que su principal reticencia hacia Juan Gabriel es de clase y por su atuendo y canciones “nacas”.
Las reacciones en contra del funcionario de la UNAM en las redes sociales fueron inmediatas hasta llegar a pedir al rector Enrique Graue que lo despida de la dirección de TV UNAM.
Información: Proceso