CIUDAD DE MÉXICO
Son alrededor de 500 niñas y niños que enfrentan la pandemia del Covid-19 entre pobreza, insalubridad y abandono en la Central de Abasto de la Ciudad de México (Ceda), una de las zonas consideradas de alto contagio.
Apenas el 7 de abril, uno de los asentamientos irregulares se incendió, lo que hizo perder su casa a unas 400 familias que ahí vivían. Así enfrentaron el confinamiento para prevenir contagios: sin hogar.
De acuerdo con la exdiputada local, Rebeca Peralta, estos pequeños no sólo viven en este lugar, sino también laboran como diableros y cargadores para los clientes de la Ceda; sin embargo, lo hacen sin ninguna protección.
“Los niños que viven ahí tienen una vida de adulto, trabajan, están conscientes que deben hacerlo para subsistir y lo hacen en un punto de infección y parece que son invisibles, su vida es de pobreza, explotación y ahora de riesgo”, lamentó.
Incluso, abundó, hay niños que duermen en tráileres, amontonados, sin las mínimas medidas de limpieza, esperando a que el día inicie para sacar alrededor de 150 pesos por su jornada laboral.
Peralta exhortó a las autoridades capitalinas a visibilizar esta problemática e implementar medidas urgentes para salvaguardar la salud de estos niños y niñas.
“Son casos realmente graves en donde si no es el Estado el que ayude, nadie lo hará. Son prácticamente invisibles, ellos están dentro de esa ciudad [la Ceda] y no salen, ahí viven y trabajan, es de humanidad que sean rescatados”, apuntó.
En la Central de Abasto se han registrado 25 comerciantes contagiados de Covid-19 y decesos; además, fue considerada por el Gobierno de la Ciudad de México como una zona de alto contagio.