CUAUTITLÁN IZCALLI, Estado de México.- Entre oraciones y rostros desencajados cientos de feligreses se dieron cita hoy por la mañana para dar el último adiós al sacerdote Rubén Díaz, asesinado la tarde del miércoles al interior de su parroquia, luego de discutir con un sujeto.
Con una misa de cuerpo presente celebrada en la Catedral de Santa María de la Asunción de Cuautitlán Izcalli, los asistentes irrumpieron en aplausos al paso del coche fúnebre, donde cerca del mediodía sus restos mortales fueron llevados al panteón.
En tanto, La Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) ya investiga el caso. Por su parte, el secretario General de Gobierno mexiquense, Alejandro Ozuna Rivero descartó que existan signos de preocupación entre los miembros de la iglesia católica a raíz de la violencia que se vive en la entidad.