México

Claudia Sheinbaum, dan nocaut a la violencia y las adicciones

Juan R. Hernández / Grupo Cantón

El Zócalo se viste de guantes en la Clase Nacional de Boxeo, se replicó en las plazas públicas de todo el país

Ciudad de México.- Bajo un cielo despejado y rodeada de leyendas del boxeo, la presidenta Claudia Sheinbaum dio inicio a la Clase Nacional de Boxeo en el Zócalo capitalino, un evento que reunió a miles de personas vestidas que fueron parte del mosaico tricolor de la bandera mexicana.

Entre aplausos y porras, el corazón político del país se transformó en un gigantesco gimnasio al aire libre, donde el deporte se convirtió en símbolo de unidad y resistencia contra la violencia y las drogas.

“México construye paz, prosperidad y elige siempre ser un país libre, independiente y soberano”, declaró la presidenta Sheinbaum, acompañada de excampeones mundiales. Con guantes alzados, la mandataria envió un mensaje contundente: “El pueblo de México dice sí al deporte, sí a la educación, sí a la paz”.

Su discurso, breve pero emotivo, resonó entre los asistentes, muchos de ellos jóvenes que corearon consignas contra la violencia, las adicciones, la discriminación.

El acto no solo fue una exhibición deportiva, sino una reivindicación social.

“El boxeo nos hace más libres, más sanos y más felices”, subrayó Sheinbaum, mientras el presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), José Suleiman, aplaudía desde el escenario. La plaza, convertida en un mosaico tricolor, vibró al grito unísono de “¡Viva México!”, reforzando la idea de que el deporte puede ser un vehículo de transformación.

Brugada y el “nocaut a la violencia”

Por su parte, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, tomó el micrófono con energía.

“¡Listos, listas! ¡Arrancamos la tercera edición de este evento histórico!”, exclamó, mientras la multitud respondía al unísono.
“Aquí hacemos un nocaut a la violencia”, agregó, rodeada de figuras como Oscar de la Hoya, Rubén “El Púas” Olivares y Jackie Nava.

El Zócalo, testigo de protestas y celebraciones, se convirtió por unas horas en un ring simbólico. “La CDMX es la más deportiva”, gritó Brugada, y la gente repitió la consigna con orgullo. Mientras, instructores guiaban a los asistentes en combinaciones básicas de jab y recto, demostrando que el boxeo, más que un espectáculo, es una herramienta de disciplina.

Un mensaje más allá del ring

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La clase masiva no fue un evento aislado: se replicó en las plazas públicas de todo el país, reforzando la idea de que el deporte puede ser un antídoto contra la desigualdad. Entre los asistentes, familias completas, niños con guantes diminutos y adultos mayores que recordaban épocas doradas del pugilismo mexicano.

Al final, como en todo buen combate, no hubo perdedores. Solo un país que, a golpe de sudor y convicción, reafirmó su amor por el boxeo y su lucha por una sociedad más justa. Como bien lo resumió Sheinbaum: “Como México no hay dos”.

Publicado por
Javier