CIUDAD DE MÉXICO.- Periodistas de Chiapas, sureño estado mexicano colindante con Guatemala, han destacado los niveles de violencia en el tratamiento de la caravana migrante que en esa entidad traspasó un cerco policial fronterizo.
Se trata de más de 3.000 ciudadanos centroamericanos, hondureños en su mayoría, que buscan avanzar hacia el norte, y en particular hacia Estados Unidos, para escapar de la violencia y la miseria.
Ante las amenazas del presidente de EE.UU., Donald Trump, de utilizar fuerzas militares para cerrar su frontera con México, las autoridades de este último país enviaron 244 efectivos de la Policía Federal a Chiapas, para evitar el ingreso de migrantes.
Al mediodía de este viernes, los migrantes rompieron el cerco impuesto por los policías federales, que portaban equipo antimotín.
En la trifulca hubo heridos por efecto de piedras y también intoxicados por los gases lacrimógenos que lanzaron al aire los policías mexicanos, como fue el caso de María Peters, corresponsal del diario El Universal.
Isaían Mandujano, fundador de Chiapas Paralelo –medio especiliazado en migración– y quien cubrió el momento cuando los miles de migrantes cruzaron la valla policial para entrar a territorio mexicano, dijo que “volaron piedras y gases lacrimógenos” y consideró que la política migratoria mexicana es de doble discurso: “Por un lado dicen que es política de puertas abiertas y por otro lado ocurren estas cosas”.
“El Instituto Nacional de Migración les estuvo diciendo que sí iban a pasar, que no les iban a cerrar las puertas a los migrantes hondureños; la única condición que pedían, es que estuvieran ordenados por grupos, primero mujeres y niños, que iban a pasar por grupos de 40”, dijo. De acuerdo con Mandujano, después de la trifulca, autoridades de migración trasladaron a migrantes hondureños de todas las edades, priorizando a niños y mujeres.
En opinión de este periodista, “hay una presión por parte del gobierno de EE.UU. hacia el gobierno mexicano, para que contenga esta migración”. “Las autoridades mexicanas dicen que les van a dar un documento que los acredita como refugiados en México, y a todos los que vengan de Honduras les van a dar una visa humanitaria (…) que van a permitir quedarse en México o bien movilizarse en México”, explica.