Ciudad de México.- El cantante mexicano Javier Reyes, apodado “El Príncipe del Corrido” y conocido por haber dedicado canciones a líderes criminales, murió acribillado el viernes a la madrugada en el barrio San José del distrito de Tláhuac, en la capital mexicana.
Las autoridades iniciaron una investigación para esclarecer el homicidio y detener a los responsables. Según fuentes policíacas, Reyes fue llevado con vida a un hospital cercano, donde murió horas más tarde. En el lugar del tiroteo, al menos 10 cartuchos percutidos fueron recuperados.
“El Príncipe del Corrido”, de 33 años, mantenía vínculos con Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”, ex líder del Cártel de Tláhuac, un grupo de venta de drogas y extorsión. Pérez Luna fue abatido, junto a su hijo, en un operativo de la Marina en el sur de Ciudad de México en julio del año pasado.
Una de las canciones de Reyes, titulada “Corridón”, exaltaba la figura de Pérez. “Y sigo vigente, con toda mi gente, comandandando el cártel, siempre muy al frente. Mi nombre es noticia: El Ojos, El Mal, soy Felipe Pérez”, cantaba acompañado de una banda musical.
Reyes ya había dedicado canciones a otros narcotraficantes. Una de ellas fue al ex líder del cártel de Juárez Amado Carrillo, mejor conocido como “El Señor de los Cielos”, quien murió en 1997 en una cirugía estética. Según publicó el diario “El Universal”, en la grabación del video musical de esa canción, llamada “El Señor de los Cielos”, Reyes utilizó una camioneta y dos autos de lujo que pertenecían a Pérez Luna. De esta manera, quedaban demostrados las múltiples relaciones que el cantautor asesinado mantenía con diversos cárteles criminales.
“El Príncipe del Corrido” no es un caso aislado. En México existen numerosas bandas y músicos que dedican sus canciones a narcotraficantes o a líderes criminales. Por lo general, lo hacen por encargo de los mismos delincuentes.
En los últimos años, al menos diez cantantes con presuntos nexos con integrantes del crimen organizado han sido acribillados en México. Algunos, incluso, al terminar sus conciertos.
FUENTE: LA GACETA