Algunos nacimientos presentan riesgos que pueden poner en peligro a la mamá y al bebé; los riesgos más comunes durante el parto natural que pueden llevar al especialista a realizar una cesárea son:
>> Contracciones con poca intensidad: en ocasiones no tienen la frecuencia o duración que se necesita para que el parto progrese de forma satisfactoria. Cuando la embarazada no termina de dilatar y tras 14 horas de trabajo de parto en primíparas y 9 en multíparas, los especialistas suelen optar por administrar oxitocina para acelerar las contracciones o por realizar una cesárea.
>> Edad de la madre: el embarazo por encima de los 40 ya se considera de riesgo y, por extensión, el nacimiento del bebé de mujeres de esta edad o superior, también lo es.
>> Parto múltiple: el embarazo gemelar o de mellizos ya se considera de por sí de riesgo, puede suceder que el parto se adelante, que se observe un retraso de crecimiento en los bebés o anomalías en el líquido amniótico, razones que pueden llevar a practicar una cesárea.
>> Pelvis estrecha: la cabeza del bebé ha de atravesar el canal del parto, si esto no se logra por debido al tamaño del canal del parto o de la cabeza del bebé, los obstetras pueden por realizar una cesárea.
>> Distocia de hombros: si la cabeza del bebé sale pero los hombros quedan atrapados en la pelvis se produce una situación de riesgo que obliga a practicar una cesárea.
>> Posición del bebé: lo ideal es que lo primero que atraviese la pelvis sea la cabeza del bebé, pero en ocasiones puede estar girado y presentar una postura de nalgas.
>> Vuelta de cordón: puede causar una pérdida de oxígeno al bebé por lo que es uno de los riesgos comunes durante el parto natural.
>> Presencia de meconio en el líquido amniótico: si existe presencia de heces en el líquido amniótico, el bebé podría aspirarlas, en cuyo caso necesitará atención inmediata.
>> Parto prematuro: en caso de que se rompa la bolsa antes de la semana 37 de gestación.