De lo que no hay duda es que como padres nos esforzamos cada día para darle lo mejor a nuestros hijos, sin embargo es indispensable hacer una pausa y cuestionarnos si somos los padres que nuestros hijos necesitan para crecer sanos y felices.
Como padres debemos estar conscientes que la formación empieza en casa, es necesario brindarle a nuestros hijos un ambiente estable, donde se fomente la armonía, el respeto a sí mismo y a los demás. Un niño aprende a relacionarse socialmente y a formar su autoestima a partir de la forma en que sus padres se llevan entre sí, en cómo ve que se relacionan estos con los demás y el vínculo del niño con sus padres.
Nuestros hijos necesitan padres que les hagan sentirse amados y valiosos, lo que no significa darle todo lo que quiere, sino lo que necesita, enseñarle que vale no por lo que tiene sino por quién es.
Brindar un clima emocional que facilite la comunicación y ser empáticos con nuestros hijos permitirá que estos sean empáticos con los demás y ponerse en el lugar del otro.
Necesitan padres que les enseñen a ser personas adaptadas, tolerantes y con autocontrol, por lo que es necesario establecer límites, enseñarles a ser responsables de sus actos desde pequeños y a asumir las consecuencias de los mismos. No hacerle creer que se merecen todo sin antes habérselo ganado con esfuerzo y disciplina.
Hacer el papel de padres implica esfuerzo y tiempo, la realidad es que hoy en día cada vez son menos las horas que los padres pasan con los hijos, lo que limita la dirección de los padres en la educación, no olvides que ellos necesitan un guía que le enseñe a resolver situaciones que se le presenten, de lo contrario será más fácil que sea influenciado por el grupo de amigos, redes sociales, internet o la tv.
Invierte en su ocupación, “la ociosidad es la madre de los vicios” limita el tiempo en que tus hijos pasan en los aparatos electrónicos.
Mantenlos ocupados, inscríbelos en actividades físicas o artísticas, ensénales a disfrutar de una buena lectura o realizar actividades al aire libre.
En cuanto al acceso a internet es necesario que lo retrases y limites lo mayor posible, en la medida de lo posible controla y monitorea lo que tus hijos ven y escriben.
Interésate por sus amistades, date a la tarea de convivir y conocer a sus amigos y a los padres de los mismos, es recomendable que lo hagas desde que son pequeños lo que te facilitará el acceso en la etapa de la adolescencia donde se encuentran más vulnerables.
¡Recuerda que tus hijos dependen, aprenden y necesitan de ti!