Agencias
Grupo Cantón
La gravedad de los ataques cardíacos es que, si no se tratan a tiempo, pueden producir una muerte súbita cardíaca. Esto suele generar bastante temor entre muchas personas piensan que son difíciles de prevenir. La verdad es que, simplemente con una dieta balanceada y actividad física, se reduce las probabilidades de sufrir, antes de tiempo, un paro cardíaco.
Lo que sí es complicado es dejar los malos hábitos. A pesar de que fumar y el sedentarismo son actividades que pueden ocasionar relajación, son nocivas para la salud. Los factores de riesgo como la hipertensión, la diabetes y el tabaquismo incrementan el riesgo de tener un paro cardiaco. Probablemente el más importante es la obesidad.
Basta decir que el infarto de miocardio es la primera causa de muertes entre hombres y mujeres en todo el mundo. La buena noticia es que cuidar nuestra salud cardiovascular es más sencillo de lo que creemos.
Todo consiste en adoptar estilos de vida saludables y realizarse chequeos médicos regularmente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 80% de los infartos se pueden prevenir si se toman las medidas adecuadas, las cuales giran en torno a una vida más saludable.
Cuidar de nuestro estado de ánimo es fundamental para evitar el riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
Es muy importante cuidar lo que comemos. Todo lo que son alimentos altos en grasa, con exceso de sodio, carnes rojas o productos con azúcar deben ser reducidos significativamente. Así como equilibrar lo que consumimos.
Los probióticos, son microorganismos vivos que se encuentran en los alimentos, medicamentos o suplementos dietéticos. Cuando se ingieren, pueden aportar beneficios como fortalecer el sistema inmune.
Evita el sedentarismo, camina, corre, haz bicicleta o la actividad física que quieras, pero actívate. El movimiento y la actividad son grandes herramientas para poder disminuir cualquier riesgo cardíaco.