Si compartes la vida con un perro, seguramente quieres entender lo que piensa y siente; una de las cosas que puede desesperarte es verlo llorar y no saber con exactitud qué lo aqueja o qué necesita, por eso, debes prestar atención a las señales que te da para poder ayudarlo.
1. Sumisión. Si tu perro llora al conocer nuevos perros o nuevas personas quiere decir que no se siente seguro en su compañía. Cuando el llanto se debe a esto, los perros bajan las orejas, retuercen la cola y le dan la espalda a las nuevas visitas. Si quieres que esto deje de suceder deberías entrenar a tu mascota para que entienda que los nuevos rostros no tienen que causarle miedo o ansiedad.
2. Estrés. El llanto de un perro es el primer síntoma de estrés antes de ladrar. Suele estar acompañado de incapacidad de responder a las señales y excitación en su actitud. Si se trata de estrés identifica la causa que lo altera e intenta buscar métodos para que no tema ni esté ansioso al volver a vivir una situación similar.
3. Atención. Los animales no son tontos, saben que si lloran recibirán atención, así que usan todos sus recursos para conseguirlo. Si tu perro lloriquea cuando sales de una habitación ten cuidado, probablemente ese tipo de situaciones puedan evolucionar en ladridos de demanda. Procura hacer caso omiso a sus actitudes y solo préstale atención cuando esté tranquilo.
4. Emoción. Esta es una de las razones más fáciles de reconocer. Tu perro da señales claras de felicidad acompañadas del chirrido característico que emite cuando vuelves a casa luego de un largo día de trabajo.
5. Dolor. Si notas que tu perro se queja al hacer movimientos bruscos, presta atención porque algo en él puede no estar bien. Si detectas que algo le duele llévalo al veterinario para que mitigue su dolor.