Agencias
CIUDAD DE MÉXICO.
Se acabaron las vacaciones, después de semanas de fiesta y descanso es momento de retomar las actividades de la escuela y el trabajo, que es (muy) probable, que traigan consigo una carga de estrés, que bien se puede combatir de una manera poco convencional: con arte.
La terapia artística se basa en la creencia de que la expresión artística tiene el poder de aumentar la autoestima, de ayudarnos a relajarnos e incluso a curarnos. Se trata de un tipo de terapia único, ya que la mayoría dependen del lenguaje como método principal de comunicación, mientras que el arte requiere algo más, algo más difícil de definir.
Para aquellos que tengan hambre de creatividad y ganas de librarse de las tensiones que produce esta época del año, estas sugerencias serán de utilidad. Son técnicas para las que no se necesita tener ni muchos materiales ni conocimientos sobre arte. De hecho, cuanto menos se sepa de estas disciplinas, mejor. Lo más importante no es el producto final, sino el proceso.
Diseña una postal que no tengas que enviar
Ya sea una carta de amor que no estás preparado para enviar o una carta llena de rabia que es mejor que nunca vea la luz, a veces enumerar y plasmar todos los detalles en papel ayuda a quitarle hierro al asunto. Cuando tires esa carta a la basura, el mensaje habrá perdido fuerza.
Crea un collage
Pinta algo sobre un papel o una cartulina, ljuego recórtala y utiliza estas piezas para crear una obra de arte nueva. Este ejercicio sirve para enfatizar la proximidad entre la creación y destrucción, y fomenta la toma de riesgos creativa en todos los aspectos de la vida.
Usa acuarelas para plasmar tu estado corporal
Túmbate y cierra los ojos. Visualiza tu cuerpo a medida que respiras. Intenta imaginar el aire que entra en tu cuerpo de un color concreto y, de otro color, el aire que sale de él. Utiliza las acuarelas para plasmar tu estado corporal en una hoja de papel.
Haz una máscara
Crea una máscara de poder, llénala de símbolos que te hagan sentir fuerte. Puedes ponértela cuando te estés preparando para una situación difícil —ya sea una cena en familia o una conferencia— y te demostrarás a ti mismo que puedes afrontar la situación con máscara y sin ella.
Mejora una obra
En vez de empezar de cero, prueba a mejorar una obra que ya conozcas y que te gusta para aumentar tu confianza en ti mismo. Ya sea dibujándole bigote a la Mona Lisa o coloreando los espacios en blanco del Guernica. Puede que llegues a convertirte en artista de apropiaciones.
Crea un lugar seguro
Puedes construirte una tienda de campaña o simplemente guardar objetos que tengan un significado especial para ti en el armario o debajo de la cama. Reúne objetos que te hagan sentir nostalgia y acompáñalo de una canción que te guste y te envuelvan las buenas vibraciones.
Haz un dibujo cada día
Es difícil sacar tiempo para ponerse a crear una obra de arte con una agenda apretada, lo que sí que es fácil es tomarse unos minutos para garabatear o hacer un pequeño dibujo cada día. Empezar a seguir una rutina creativa de este tipo mantendrá tu imaginación en forma.
Utiliza la mano no dominante
Es momento de aplicar el desaprendizaje de todo lo que te han enseñado sobre el control, la disciplina y el estilo y deja de dibujar con la mano dominante. Antes de que te des cuenta, estarás dibujando con los trazos serpenteantes e inseguros propios de un niño.
Transforma peluches
Coge un juguete de tu infancia y transfórmalo en una obra de arte, ya sea poniéndole parches, cosiéndole los rotos o añadiéndole los complementos que se te ocurran. Cuando acabes con él, podrás volver a exhibirlo sobre tu cama; y no solo como juguete, sino también como obra de arte.