CIUDAD DE MÉXICO.- Cuando estamos ocupados, es fácil que el sexo quede en el último lugar de la interminable lista de cosas por hacer.
Dejar que el sexo pase a un segundo plano una y otra vez puede provocar resentimientos e incluso la ausencia total de sexo.
¿Cómo hacen esas parejas que llevan mucho tiempo y que encuentran la manera de darle prioridad al sexo pase lo que pase? La edición estadounidense del HuffPost ha consultado a una serie de expertos para que nos iluminen sobre qué tienen en común esas parejas sanas, felices y sexualmente satisfechas:
Muchas parejas piensan que planificar el sexo es síntoma de que hay problemas en la relación. Quieren que el sexo sea espontáneo y orgánico. En un mundo ideal, sería estupendo. Pero cuando la vida interrumpe esta utopía, y a menos que la pareja esté muy concienciada para practicar sexo, suele ser una de las primeras cosas que se descuidan. Las parejas que hacen hueco en sus agendas para practicar sexo entienden de forma intuitiva la importancia y el valor que tiene. Incluso parecen darse cuenta de que el sexo tiene muchos beneficios, tanto psicológicos como físicos.
Las parejas que planifican el sexo transmiten un mensaje fundamental: ‘Mi pareja es importante para mí. Nuestra vida sexual es importante para mí. Valoro mi satisfacción sexual (y la de mi pareja)’. Y, para que quede claro, el hecho de que se planifique el sexo no quiere decir que tenga que ser aburrido o siempre igual. Siempre se puede innovar: sugiriendo nuevas posturas, haciendo realidad alguna fantasía o interpretando distintos papeles”. ? Kimberly Resnick Anderson, sexóloga
Las parejas que llevan una vida sexual satisfactoria saben cómo hablar de las cosas que les excitan y las que matan la pasión, de lo que les gusta y de lo que no, cuándo están de humor y cuándo no, sin miedo y de una forma sana, constructiva y positiva. Y, es más, también saben cómo hablar de sus fantasías, cómo comunicar a tiempo real el placer que están experimentando en sus propias carnes o en las de su pareja y cómo llevar el proceso de excitación más allá de los genitales. Saben que el lenguaje del sexo en el dormitorio no es siempre el mismo que fuera de él y, si se trata de una relación sólida y segura, también se vale hacerle saber a tu pareja tus deseos sexuales individuales e incluso materializarlos”. — Ian Kerner, sexólogo y autor del libro ‘Ellas llegan primero: el libro de los hombres que quieren complacer a las mujeres’
Las parejas sexualmente satisfechas entienden que el buen sexo no se da de forma natural, sino que conlleva esfuerzo. Hay que cuidar la relación tanto dentro como fuera del dormitorio. En los tiempos que corren todos estamos ocupados, pero la pareja no puede sobrevivir a base de sobras de tiempo y atención (y mucho menos la vida sexual). Hay que estar dispuesto a darle prioridad al tiempo en pareja por encima de todo, a apagar el celular y la tele para estar juntos. Hay que hacer el esfuerzo de salir a cenar alguna noche, de arreglarse para el otro y de seducirle”. ? Vanessa Marin, sexóloga y creadora de Finishing School, el curso online sobre el orgasmo para mujeres
Lo que puede ayudar a muchas parejas a mantener la conexión sexual es tener conversaciones más profundas y aprender qué es lo que les excita, no sólo físicamente, sino también psicológicamente. Ayuda, por ejemplo, tener curiosidad por si tu pareja prefiere el romanticismo, la dominación o la sumisión, y también saber lo que quiere ver en ti durante el sexo. Cuando ambas partes tienen curiosidad por lo que excita al otro y tienen ganas de dar y de ser generosos (dentro de sus límites personales, por supuesto), la vida sexual de la pareja mejora muchísimo. De esta manera, los dos tendrán el sexo que más les gusta y podrán hacer cambios si buscan cosas diferentes”. ? Celeste Hirschman, experta en sexología y autora del libro ‘Making Love Real’
Puede que suene estúpido, pero la risa es un afrodisíaco muy potente. Si te ríes con tu pareja, hay más probabilidades de que estén de buen humor y de que disfruten de la compañía del otro. Reírse en la cama (reírse con el otro, no del otro) es señal de comodidad y despreocupación y de que la pareja está dispuesta a experimentar sensaciones positivas y a desmelenarse. Si hace mucho que no te ríes a carcajadas con tu pareja, puede que estén estancados en una mala racha. Esto sucede cuando la positividad y la buena intención van deteriorándose y el resentimiento eclipsa al buen humor. Compartir el sentido del humor o chistes privados provoca la secreción de endorfinas y produce una sensación de bienestar general. La risa también reduce la producción de hormonas del estrés, lo que induce a la relajación y a abrirse al otro”. ? Kimberly Resnick Anderson
Hay parejas que mantienen la energía sexual en su vida conjunta, de manera que generan expectación mandándose mensajes subidos de tono, hablando sobre sexo y aprovechando cualquier oportunidad para intimar, aunque no haya tiempo suficiente para el encuentro”. ? Danielle Harel, experta en sexología y autora del libro ‘Making Love Real’
Una pareja con la que trabajé tenía una regla que no infringieron en 40 años. Nunca hablar de trabajo en el dormitorio. Una noche, la mujer sacó un tema relacionado con el trabajo en el dormitorio. El marido puso la cafetera y le dijo a su mujer que bajara a la cocina para hablarlo. Así lo hicieron y después volvieron a la cama, satisfechos. Aunque pueda parecer una regla poco flexible, estoy totalmente de acuerdo con la idea. Con otras parejas más jóvenes, veo que el problema es que están tan sumidos en los problemas del día a día que permiten que se cuelen en su relación muchas preocupaciones del mundo exterior. En la consulta, intento animar a las parejas a desarrollar o a mantener su propia intimidad. Esto puede implicar que haya que limitar la comunicación verbal y comunicarse más con gestos, con caricias o con otro tipo de demostraciones de cariño”. ? Douglas C. Brooks, sexólogo
En consulta, he visto que muchas parejas quieren que su vida sexual sea siempre como lo que ven en las películas. Pero lo cierto es que durante el sexo hay momentos ridículos. Hay caídas, comentarios picantes torpes, dedos que se meten en un ojo sin querer… Las parejas que se toman esos momentos con sentido del humor son mucho más felices a largo plazo que aquellas que se dejan embargar por la vergüenza ante la más mínima imperfección”. ? Vanessa Marin
(FUENTE/LA VERDAD)