Así como el cepillo de dientes, el rastrillo es personal e intransferible, ya que al ser de uso íntimo contiene bacterias que sólo tu cuerpo reconoce y puede resistir para evitar una infección.
El uso de un nuevo rastrillo es esencial para una buena higiene, evitar irritaciones o cortaduras, y no padecer infecciones.
Usar cualquiera de estas sustancias ayuda a crear una barrera entre las navajas y la piel, así que su aplicación es esencial.
Cuando te rasuras las piernas, lo más común es que lo hagas al contrario del crecimiento del vello, pero cuando se trata de tu zona íntima esto sólo causará irritación, así que lo mejor es rasurar conforme a la anatomía de tu crecimiento capilar.
Aplica algún ungüento antiinflamatorio y antiséptico.
No es que signifique que exista algún peligro, pero simplemente, tu piel se encuentra mucho más sensible, por lo que puede lastimarse con más facilidad.
Al tener el vello delgado y claro, debes someterte a más sesiones de este tratamiento, lo cual hace que tengas más cambios de color en la piel.
Siempre que te rasures, depiles o recortes con tijeras el vello púbico, asegúrate de tener una iluminación óptima y ayuda de un espejo de aumento, para evitar cualquier accidente que pueda terminar en una visita al hospital.