Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en México y el Mundo. En nuestro país el 19% de personas de entre 30 a 69 años muere debido a ellas.
Cada año el número de casos aumenta y esto se debe, principalmente, a que la población está envejeciendo, siendo los hombres quienes encabezan esta tasa de mortalidad antes de los 80 años; después de esa edad, el porcentaje es alto en las mujeres.
El doctor Carlos Fernández Barroso, cardiólogo y miembro de la sociedad Mexicana de Cardiología dijo en Cancún que la mayoría de las personas no tienen síntomas hasta que presentan un cuadro de infarto o pre infarto o embolia.
Entrevistado en el marco de la cumbre denominada “Diabetes y Cardiovascular” evento que reúne a más de 500 médicos especializados de la república mexicana y 20 expertos de talla internacional en debate, el experto detalló que para el 2030 se proyecta una mortalidad de 22 millones de personas en el mundo.
Hasta el momento prevención es a través de un estilo de vida saludable. Cabe recordad que existen varios factores de riesgos para las enfermedades del corazón, entre ellos: hipertensión, tabaquismo, diabetes mellitus, hipercolesterolemia y obesidad, y los no modificables como la edad, sexo, raza y antecedentes de cardiopatía isquémica prematura en primer grado.
70% de los habitantes en México tiene un factor de riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular
56% de los problemas cardiovasculares se le atribuyen al colesterol elevado.
40% de los pacientes están en riesgo de presentar alguno de estos problemas, ya que no logran controlar los niveles de colesterol LDL (malo).
24 de cada cien muertes relacionadas al corazón, son prematuros antes de los 65 años.
50% de la sangre bombea un corazón sano en el ventrículo con un solo latido.
Enemigo silencioso: colesterol
Uno de los principales factores de riesgo de contraer una enfermedad del corazón, porque produce el endurecimiento de las arterias (ateroesclerosis), es precisamente los niveles de grasa en las venas.
En este sentido, reducir el colesterol LDL (que causa hipercolesterolemia) es de suma importancia para controlar la incidencia de enfermedades cardiovasculares, tanto en hombres como en mujeres, señaló Carlos Fernández Barros, Cardiólogo Clínico y miembro de la Sociedad Mexicana de Cardiología.
“La mayoría de las personas no tienen síntomas hasta que presentan un infarto, embolia o un problema vascular periférico” explicó el especialista, de ahí que se le tenga considerado como peligroso.
Más del 40% de los pacientes están en riesgo de presentar alguno de estos problemas, ya que no logran controlar los niveles de grasa saturada en las arterias. De ahí la importancia del monitoreo continuo y apego a tratamiento, comenta Abel Pavía, Cardiólogo Intervencionista y Miembro de la Asociación de Cardiología Intervencionista de México.
Mortalidad prematura
Fernández Barros afirmó que de cada 100 muertes que hay por enfermedad arterial coronaria y vascular cerebral, 24 son antes de los 65 años.
Lo verdaderamente alarmante se relaciona a las muertes por Diabetes Melitus, ya que 38% de las muertes son prematuras. Más de la mitad de los casos son hombres.
Se le denomina mortalidad prematura porque es antes del promedio de vida, tomando en cuenta que en nuestro país el promedio de vida es de 74 años en los varones y mujeres. Antes de esa edad, es muy temprano.
No obstante, gracias a los avances tecnológicos esta cifra supera a los casos que se tuvo en los años 90, donde la cifra alcanzó el 30% y el 47%, respectivamente tanto de enfermedades cardiacas y de glucosa elevada, prácticamente la mitad de casos de muertes antes de los 65 años de edad.
Hipertensión, otro enemigo silencioso
El pasado 17 de mayo se conmemoró el día mundial para prevenir la hipertensión arterial, una de las causas que llevan a enfermedades cardiacas y cerebrales. En Quintana Roo 3 mil 438 pacientes son tratados con hipertensión arterial en las unidades de salud de la zona norte del estado, según cifras de las propias autoridades de salud.
Pese al dato antes mencionado, se estima que un tanto igual de la población se encuentra padeciendo la enfermedad pero que no lo sabe, debido a que no presenta los síntomas.
Uno de cada 5 adultos presenta hipertensión arterial, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La enfermedad se produce por el aumento de la fuerza de presión que ejerce la sangre sobre las arterias de forma sostenida, puede desencadenar complicaciones severas como infarto de corazón, accidente cerebrovascular, daño renal y ocular, entre otras complicaciones.
Múltiples estudios clínicos han identificado que la obesidad, sedentarismo, una alta ingesta de sodio y grasas saturadas, el tabaquismo y la presencia de enfermedades crónicas como colesterol y triglicéridos altos, así como la diabetes, aumentan el riesgo de padecer esta enfermedad.
Estilo de vida
La promover una vida saludable y haciendo hincapié en una nutrición adecuada desde la infancia, reducir la ingesta de sal a menos de 5 gramos al día y disminuir el consumo de grasas garantizan controlar la hipertensión.
La tensión arterial normal en adultos es de 120 mm Hg1 cuando el corazón late (tensión sistólica) y de 80 mm Hg cuando el corazón se relaja (tensión diastólica). Cuando la tensión sistólica es igual o superior a 140 mm Hg y/o la tensión diastólica es igual o superior a 90 mm Hg, la tensión arterial se considera alta o elevada.
La mayoría de las personas con hipertensión no muestra ningún síntoma; por ello se le conoce como el “asesino silencioso”, en ocasiones, la hipertensión causa síntomas como dolor de cabeza, dificultad respiratoria, vértigos, dolor torácico, palpitaciones del corazón y hemorragias nasales, pero no siempre.
Las recomendaciones para la prevención de la hipertensión son cuidar el peso por cada 5 kilos que se pierden se disminuye considerablemente el riesgo cardiovascular, realizar actividad física por lo menos 30 minutos diarios, disminuir el consumo de sal, aumentar la ingesta de frutas y verduras, disminuye las grasas y productos de origen animal, evite refrescos embotellados, alcohol y cigarro, además de medir la presión arterial de manera frecuente.
Así mismo se recomienda realizar actividades como pasatiempo, gestionar el estrés de manera positiva por ejemplo con actividad física, relaciones sociales positivas y meditación.
Por Rocío Villalobos/GRUPO CANTÓN