Redacción
GRUPO CANTÓN
Un chaleco con electrodos que se colocan sobre la piel y una serie de ejercicios físicos dirigidos por un especialista son la base del electrofitness, el cual es una técnica que combina ejercicio físico e impulsos eléctricos y que ya han probado varias “celebrities”.
Las sesiones de entrenamiento duran apenas 20 o 25 minutos, pero los impulsores de esta técnica prometen grandes resultados.
Después de una sola sesión ya se aprecia el endurecimiento de los músculos, se comienza a notar la recuperación de una correcta postura erecta y el desgaste energético se nota.
Para ver resultados permanentes y llamativos, con entre cuatro y seis sesiones es suficiente.
En solo 20 minutos semanales se logra el mismo efecto de tonificación muscular, mejora de la figura o reducción del volumen de masa grasa que con la asistencia diaria al gimnasio convencional.
En 20 minutos a la semana se activa de manera intensa y controlada la mayor parte de los músculos. Primero, el usuario deberá vestir ropa interior de algodón, encima de la que se colocará un chaleco especial que transmitirá ondas eléctricas a todo el cuerpo. La contracción simultánea de más de 300 músculos a un nivel profundo y con una gran intensidad produce una sensación única y muy agradable.
La acción de la corriente se debe combinar con ejercicios físicos convencionales, máquinas de entrenamiento, deportes de contacto o incluso baile.
El entrenamiento se puede adaptar a las necesidades y a la capacidad de cada persona.
No se trata de colocarse los electrodos y simplemente dejarlos actuar, pues las soluciones milagrosas no suelen ser frecuentes y las sesiones de electrofitness requieren esfuerzo e implicación.
Pueden realizarse en gimnasios, clínicas de medicina estética, centros especializados o incluso a domicilio. Eso sí, siempre bajo la supervisión de un profesional cualificado.
Dolores musculares (agujetas) de 24 a 72 horas después de la sesión, o leve enrojecimiento de la piel en las zonas que están en contacto con los electrodos.
Las personas sedentarias que comienzan a entrenar de forma muy agresiva pueden tener leves mareos o incluso náuseas en momentos de fuerte tensión.