Académicas de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), indicaron que una consecuencia del aislamiento social por el coronavirus COVID-19 para las madres es la sobrecarga de trabajo, toda vez que en sus casas desempeñan más de un rol a la vez: cuidan a los hijos, realizan quehaceres domésticos, además de atender actividades laborales.
Pese a que la emergencia sanitaria afecta la cotidianidad de todos los sectores de la población, este Día de las Madres será distinto, ya que además del encierro, las mujeres viven una situación compleja que ha detonado el confinamiento, señalaron Iliana Noemí Palafox Luévano y Guadalupe Cañongo León.
Explicaron que dicha situación puede provocarles una sensación de saturación, toda vez que las madres busquen estrategias de dispersión, mediación y reencuentro para fortalecer las relaciones familiares, así como educativas, económicas y administrativas para superar la crisis.
Agregaron que de acuerdo con estudios del Colegio de México, en circunstancias normales las mujeres desempeñan en el hogar 39 horas de trabajo no remunerado a la semana, mientras que los hombres solo 13 horas.
Las universitarias precisaron que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el trabajo no remunerado que realiza el 75 por ciento de las mujeres en sus casas representa el 23.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país, lo que equivale a 5.5 billones de pesos.
“Nuestra condición de género nos coloca en una posición de triple jornada, pues debemos estar pendientes del plano laboral sin dejar de lado tareas que socialmente se nos han atribuido, como las domésticas y el cuidado de los hijos, incluso de la pareja y los padres. Esta situación es común, pero en la cotidianidad tenemos redes de ayuda: madres, suegras, hermanas o amigas que nos apoyan, y ahora que todos deben permanecer en casa las funciones se sobrecargan, generando mayor estrés”, explicó Cañongo León.
Por su parte, Palafox Luévano afirmó que esta situación resulta desgastante para las mujeres, además de que genera un impacto negativo en su bienestar físico y emocional.
Explicó que debido a los roles y estereotipos de género, las madres hacen a un lado sus propias necesidades, lo que podría poner en riesgo su salud física y mental, toda vez que pueden presentar agotamiento, ansiedad, estrés e insomnio.
“Es momento para que la familia aprenda a distribuir el trabajo doméstico y de cuidados de manera equitativa, crear espacios colaborativos y un hogar más igualitario, que vaya más allá de la cuarentena”, aseveró.
Cañongo León recomendó generar una rutina al interior de la casa para mantener ocupados a todos los integrantes de la familia y así evitar el estrés.
“Todos deben contribuir en estas tareas e irlas rolando para evitar cansancio emocional”, dijo.
Con información de López-Dóriga Digital