Probablemente un súper clásico del que conoces poco a pesar de “conocerla” desde siempre. El agua de colonia es un producto tradicional de la primavera ¿por qué? La respuesta es simple: es refrescante, ligera, natural y la puede usar toda la familia, no importa la edad ni el género.
El agua de colonia surgió a finales de 1600 y lleva su nombre por la ciudad en la que surge (Colonia, Alemania), su éxito primordial que la sostiene hasta nuestros días es su fórmula simple, atemporal y andrógina.
Su composición se inspira en aceites esenciales de cítricos, frutas o hierba fresca, diluidos en alcohol y agua destilada, gracias a esta fórmula sencilla es económica y refrescante y lo mismo la pueden usar niños que adultos, ya que el aroma no resulta dulce o fuerte, más bien refrescante y ligero y lleva acompañando a la belleza aún más tiempo que las costosas fórmulas de concentrados de los famosos perfumistas mundiales.
¿Por qué elegirla en primavera?
Mantener una fragancia dulce o especiada en esta temporada no es una buena idea, básicamente porque el calor potenciará su aroma y podrías sentir (tú o los que te rodean) que es más fuerte de lo que suele ser en otras temporadas del año.
Economizarás, pues podrás comprar grandes cantidades a un costo muy por debajo de tu presupuesto habitual de fragancias.
Si crees que la flor de naranjo no es lo tuyo, podrás encontrar infinidad de aromas, todos naturales y súper refrescantes, desde lavanda hasta lima-limón. Hay aguas de todos los aromas que te imagines y siempre serán completamente andróginas y deliciosas.
¿Cómo aplicarla?
Aplica como lo haces con cualquier otro perfume, pero además puedes llevarla en un atomizador a todos lados y reaplicarla cada que sientas calor, el aroma jamás te abrumará, ni perderá el efecto refrescante en el día, ya que tu cuerpo absorbe lo necesario y el resto se evaporará.