El ácido hialurónico es al igual que el colágeno una sustancia producida naturalmente por nuestro cuerpo, pero que pierde fuerza de desarrollo a partir de los 35 años.
Químicamente hablando el ácido es un polisacárido de tipo glucosaminoglucano con enlaces β ¿esperen qué?, en palabras más simples, está compuesto de carbohidratos y azúcares que ayudan a retener grandes cantidades de agua, gracias a lo cual, se emplea como ingrediente en la cosmética desde la década de los noventa por sus propiedades antiedad y extrahidratantes de la piel y el organismo en general.
Seguramente lo has leído como ingrediente en alguno de tus productos de uso diario, ya sea en cremas, sérum e incluso en suplementos alimenticios, pero no entendías muy bien si su origen era químico, natural o exactamente para que servía.
En realidad no solo es de origen natural, sino que tu cuerpo lo produce durante toda su vida, solo que reduce su producción por procesos de oxidación natural al envejecer.
Consumirlo ya sea de manera tópica o ingiriéndolo como parte de un suplemento alimenticio, puede ayudar a mantener la humedad y prolongar el efecto de elasticidad en la piel, músculos faciales y corporales y sobre todo en tu salud en general.
Beneficios
A diferencia de todas las demás sustancias en el mercado, el ácido hialurónico es uno de los ingredientes más seguros de aplicar, produce menos reacciones alérgicas y contribuye a borrar arrugas de manera prolongada.
Y ahora que sabes más y si estás en tus treintas no puedes perderte la posibilidad de probarlo desde una crema hasta en comprimidos, te garantizo que notarás resultados que amarás.