CIUDAD DE MÉXICO.- Los robots pueden llegar a convertirse en la solución de un país con más puestos de trabajo que personas dispuestas a ocuparlos, problema que se agrava paulatinamente debido al rápido envejecimiento de la población japonesa.
A pocos kilómetros del centro de la capital japonesa, junto al parque temático Disneyland, dos dinosaurios políglotas reciben a los huéspedes del “Henn-na Hotel” (“hotel extraño” en japonés).
Una papelera robot se pasea a sus anchas por la recepción del hotel, donde se puede observar, además, una pecera llena de peces de silicona robóticos -también de la era jurásica-, pero no hay ni un humano a la vista.
En cada una de las 100 habitaciones del hotel, la pequeña “Tapia” -un robot de sobremesa- se pone a las órdenes de sus huéspedes: una simple petición, pronunciada en inglés o japonés, la lleva a encender o apagar la luz y la televisión, reproducir música o dar la previsión del tiempo.
Y para los que busquen un amigo robot más que un asistente, “Tapia” puede jugar a piedra, papel o tijera, o incluso convertirse en pitonisa (aunque de momento esta función está solo disponible en japonés).
“Esperamos que (los huéspedes) puedan escapar de su vida rutinaria cuando se alojen aquí”, explica Tatsuki Miura, portavoz del establecimiento, que abrió sus puertas el pasado mes de marzo, y cuyo precio por habitación doble se sitúa entre los 14 mil yenes (113 euros/127 dólares) y los 30 mil yenes (242 euros/273 dólares).
Un hotel de estas características consigue reducir el número de empleados necesarios a la mitad, dicen sus responsables.
Un estudio del Foro Económico Mundial predijo en 2016 que la normalización del uso de robots e inteligencia artificial en el mercado laboral conllevaría la pérdida de más de 5 millones de puestos de trabajo en los quince países más desarrollados del mundo, de aquí a 2020.
En particular, los robots y sistemas de inteligencia artificial podrán desempeñar la mitad de los empleos disponibles en Japón para 2030, según otro informe publicado a finales de 2015 por el centro nipón de estudios Nomura Research Institute. (Agencias/QUINTANA ROO HOY)