Agencias
Grupo Cantón
Ciudad de México.– Desde instalaciones de la NASA en Florida, Estados Unidos, el cohete SpaceX Falcon 9, de la compañía aeroespacial del millonario Elon Musk, comenzó a despegar entre humo y llamas para lanzar al espacio al nanosatélite (D2/Atlacom-1), creado por una alianza entre la Universidad Politécnica de Atlacomulco (UPA), Estado de México y las empresas SPACE JLTZ, NanoAvionics y Dragonfly Aerospace.
Entre ovaciones desde la estación de la costa este estadounidense, el cohete soltó al nanosatélite en los primeros cuatro minutos volando en el exterior. Para el minuto ocho el SpaceX había regresado al planeta Tierra con el mar de Cabo Cañaveral como testigo. Pese al atraso de un día por las condiciones atmosféricas, la misión Transporter-2 concluyó con éxito el 30 de junio.
El proyecto universitario, gubernamental y de iniciativa privada (mexicana-europea-sudafricana) comenzó desde noviembre de 2019 pese a la pandemia con la primera generación de estudiantes de Ingeniería Robótica especializados en nanosatélites.
A través del análisis de las imágenes satelitales que comenzarán a llegar en 45 días al Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), se contribuirá a la prevención de incendios forestales, inundaciones y se fortalecerá la agricultura de precisión enmarcada en la Agenda 2030.
“Para el proyecto Atlacom-1 se creó la primera generación de estudiantes reclutada y dirigida por el responsable del Centro de Colaboración Académica e Industria, Alejandro Zavala Moreno. Fueron 13 estudiantes de Ingeniería en Robótica quienes participaron en el análisis, diseño y ensamble, lo que se vio catapultado por la creación del Centro Regional de Innovación y Desarrollo Espacial Atlacomulco”, dijo en entrevista el Rector de la Universidad Politécnica de Atlacomulco, René Santín.
Actualmente son 15 estudiantes, agregó, puesto que –pese al obstáculo de la COVID-19 en algunas prácticas– se conformó la segunda generación de proyectos de naturaleza satelital, con el trabajo añadido de las carreras en Sistemas Computacionales e Ingeniería en Tecnologías de Manufactura mediante cursos virtuales y seguimiento en tiempo real.
El Rector René Santín destacó que el nanosatélite orbitando en el espacio tiene beneficios sociales a través de su cámara hiperespectral con tecnología avanzada y transmisores que permite obtener de manera simultánea imágenes y datos para desarrollar soluciones o acciones de prevención en materia de cambio climático.