Ha vuelto a ocurrir. Lee Jae-yong, que se posiciona como heredero en el imperio de Samsung después de que su padre falleciera, ha sido condenado a dos años y medio de prisión. El ejecutivo ya pasó por una situación similar en agosto de 2017, cuando fue condenado a cinco años de prisión de los que cumplió sólo uno en la cárcel.
Lee Jae-yong ha sido condenado por un tribunal surcoreano a 30 meses de prisión por un cargo de soborno. Esto significa, entre otras cosas, que no tendrá voz en la toma de decisiones importantes de la compañía mientras se encuentre encarcelado. Algo particularmente importante ahora que su padre ha fallecido y se está llevando a cabo todo el proceso de sucesión y herencia de la fortuna del hombre más rico de Corea del Sur.
Este encarcelamiento tiene que ver con el caso de soborno que también llevo a Lee Jae-yong a la cárcel en 2017. Los fiscales demostraron que Lee Jae-yong sobornó a un asociado del expresidente Park Geun-hye y esto provocó su entrada en la cárcel por un periodo de cinco años. La sentencia después se redujo a un año.
Tras ello Samsung se comprometió a crear un comité de transparencia e independiente para que la gestión de la compañía más grande del país fuese más clara. No ha sido suficiente para el juez, que indica que no ha sido plenamente efectivo.
Los abogados de Lee Jae-yong esperan que este nuevo periodo de 30 meses se reduzca a 18 meses por el hecho de haber cumplido ya un año de la sentencia en el pasado. Podrán apelar la sentencia durante los próximos siete días, aunque va a ser complicado que la decisión sea diferente ya que ha sido la propia Corte Suprema quien ha emitido la sentencia.
Lo relevante aquí realmente es qué va a pasar con la sucesión en Samsung. Actualmente y tras la muerte de Lee Kun-hee es un equipo de altos ejecutivos quienes dirigen la compañía mientras Lee Jae-yong toma el trono de su padre. Si lo toma, porque las cosas se le están complicando tanto por estar en la cárcel como por la opinión pública y sobre todo del gobierno surcoreano hacia él.