El robo de datos bancarios, de credenciales de acceso a cuentas digitales y la apropiación de cuentas de las redes sociales son solo algunos de los riesgos a los que se exponen los estudiantes en su día a día y que obliga a repasar unas medidas de seguridad básicas para afrontar el regreso a las clases sin preocupaciones.
La vuelta a las clases es un gran foco de acción para los ciberdelincuentes, principalmente por el tiempo que los estudiantes pasan conectados con motivo de las clases, que en ocasiones se siguen online, y del estudio, que encuentra en Internet una gran fuente de recursos. Según datos de Check Point Research, el sector de la Educación y la Investigación registró los mayores volúmenes de ataques mensuales tanto en 2022 y como en 2021 a nivel mundial
En julio de este año, este grupo muestra más del doble de ciberataques semanales en comparación con la media de los demás sectores y tuvo una media de casi 2 mil ataques por organización cada semana (un aumento del 6 por ciento en comparación con julio del año pasado y del 114% en comparación con el mismo periodo de hace dos años), como se recoge en un comunicado.
El fraude bancario, si los estudiantes tienen una tarjeta asociada a sus cuentas de Internet, o si tienen la de algún familiar o amigo; el robo de credenciales, de identidad o de apropiación de cuentas en redes sociales, son los principales retos a los que tienen que hacer frente los estudiantes.
En ocasiones ocurre que los más pequeños ‘trastean’ con los dispositivos de sus padres, que sí que tienen sus datos asociados. “Aquí la mayoría de fallos de seguridad se debe al propio error humano, por lo que los alumnos tienen que estar muy atentos a correos electrónicos y sitios web que no sean los oficiales”, apunta el director técnico de Check Point Software para España y Portugal, Eusebio Nieva.
Evitar el peligro que entraña el phishing -la suplantación de una fuente conocida y de fiar- supone pararse a pensar antes de hacer clic en un enlace, como explican desde la compañía.
Esta amenaza se ayuda de URL falsas a través de SMS, de aplicaciones de mensajería como WhatsApp o de correos electrónicos para extenderse y engañar a los usuarios más incautos. También en relación con el phishing, hay que evitar descargar archivos adjuntos de desconocidos, ya que pueden contener malware, que puede infectar todo el equipo y robar o secuestrar la información.
Aunque tengan WiFi públicas a su disposición, desde Check Point recomiendan a los estudiantes evitarlas, o al menos no usarlas sin protección. Como explican, cualquier persona puede conectarse a una, incluidos los ciberdelincuentes, lo que facilita que puedan acceder a todo lo almacenado en el dispositivo del usuario.
Asimismo, es “esencial” que la página web cuente con una conexión encriptada y certificado SSL, que se identifica con el comienzo de la URL ‘https’. Y utilizar una contraseña diferente para cada aplicación o servicio digital, para evitar que el robo de una contraseña dé acceso a todos los demás sitios.