Si alguien en mi vida me hubiese dicho que iba yo a trabajar con don Manuel “El Loco” Valdés, jamás se los hubiese creído, pues yo era fan de hueso colorado del loquito y de otros comediantes más.

He tenido la gran fortuna de que a lo largo de mi vida me ha tocado trabajar con todos los que yo admiraba, pero por “El Loco” Valdés tengo un cariño muy especial, con él he hecho varias obras de teatro y es un caballero en toda la extensión de la palabra, simpático y además un maestro del escenario, a quien conozco que haya trabajado con “El Loco”, lo quiere y respeta profundamente, así que este fin de semana le demostramos nuestro cariño y admiración celebrándole su cumpleaños en El Tenorio Cómico donde tenemos la inmensa fortuna de compartir el escenario con él, Ariel Miramontes “Albertano” fue el que en esta ocasión se mochó con el pastel porque en cumpleaños anteriores de otros compañeros había sido Ana Lasalvia la que lo había hecho y siempre lleva el mismo pinche pastel, uno del globo, de chocolate, fino, pero siempre el mismo, solo que como esta vez fue Ninel Conde la que dio las funciones, pues mi Anita no compró pastel porque no estaba, así que mi Arielito, como bien le digo, se rifó con el pastel, no tan fino como el de mi Ana, más de panadería de colonia popular, con materia prima más económica, de una panadería que creo que se llamaba “Marifé” o “La Paloma”, pero muy sabroso, creo que era de café, eso sí de muy buen tamaño para que alcanzara para toda la bola de gorrones que trabajamos en El Tenorio, actores, bailarinas, tramoyistas, iluminadores, sonidistas, todos tragan, no saludan, pero cuando hay convivio, todos se aparecen como si fueran íntimos y tragan, vaya que tragan.

Todos convivimos muy felices con mi loquito, lo queremos, lo respetamos y lo admiramos, yo personalmente le tengo un cariño muy especial, siempre está de buenas, a pesar de que la está pasando difícil cuidando a su señora esposa que tiene un Alzheimer avanzado, el siempre está de buenas, de hecho Cristian Castro, su hijo, lo invitó a que se fuera a vivir con él con todo y su señora, pero don Manuel prefirió hacerse cargo él mismo y no dar molestias, ese es don Manuel el loco Valdés del que por siempre quiero aprender a tener esa bendita locura. He dicho.