Billy Elliot es una producción impecable, sin defectos; y si los hubiera, el público no los nota. Más de 60 personas trabajan para presentar una obra de teatro musical, bien actuada, bailada, cantada y de plus, la gracia de los protagonistas, que son niños. Ovación de pie para todos los de arriba del escenario y reconocimiento a los que están atrás.
NACE DOTADO Y LO CASTRAN
Es la historia de un niño dotado con el don de ejecutar el ballet clásico con la maestría de un virtuoso, que no solo es impedido por su padre, un hombre enérgico, violento, agresivo, sino golpeado por participar en el ballet urbano. Billy se impone a una sociedad arcaica, castrante, prejuiciada e ignorante que lucha por sobrevivir a una huelga de las minas de carbón de una provincia de Inglaterra, y la preocupación de los hombres es enfrentar las medidas del gobierno de Margaret Thatcher, por lo tanto, las cualidades y deseo de Billy es lo que menos les importa.
AL PAPÁ MEXICANO LE FALTA EL CHICOTE
De este hecho se hizo la película y luego se convirtió en obra de teatro en Broadway. Es una historia musical, contada con ejecuciones de ballet clásico, rutinas armónicas colectivas de tap con coreografías sincronizadas por bailarines infantiles y actores, niños y adultos que encantan con la puesta en escena. Es una adaptación para teatro, por lo tanto se aparta de escenas que vimos en la película, como el caso del papá de Billy, que en teatro interpreta Hernán Mendoza, pero que le falta la rudeza de la historia original, implacable, agresivo y golpea a su hijo porque siente que la parte varonil no tiene qué ver en un ballet clásico, y menos su hijo, huérfano de madre y él encargado de educarlo. Sin contar al molestón de su hermano.
DEL DRAMA A LA COMEDIA
Fue una grata sorpresa ver Billy Elliot, en un tono de comedia, combinado con coreografías bien hechas y con una destreza que el público agradece. No me imagino la historia original de la película en una línea dramática y con un final estrujante, llevada fielmente al teatro. Creo que aquí interviene la visión de Alejandro Gou, de presentar la historia en el género de comedia.