Jóvenes menores de 30 años han levantado muchos esquemas de negocios, no precisamente creándolos sino consumiéndolos y promocionándolos. De igual forma, han acabado con otros tantos simplemente porque ya no les resultan útiles o atractivos.
1. Tarjetas postales
No hace tanto, si viajabas y querías compartir la experiencia con amigos y familia, comprabas una postal de uno de los lugares más emblemáticos y la enviabas con una dedicatoria especial.
Las nuevas generaciones de viajeros ya no ven necesario ese gasto: basta con que se tomen una selfie en algún espacio y la manden, con todo y dedicatoria, por redes sociales: gratis, inmediato y personalizado.
De acuerdo con el sitio Travel and Leisure asegura que desde 2014 ha caído la venta de tarjetas postales 11.8%; esta caída va en tono con la disminución de envío de cartas físicas.
Otra pista que habla de esta caída: el servicio postal de Estados Unidos (USPS) reportaba en 2005 que el envío de postales y cartas era de 45,900 piezas al año… para 2014 la cifra era de 21,500 piezas.
En Reino Unido, la firma J Salmon, considerada la más antigua del país que imprimía postales, anunció que dejaría este negocio: estimó que todavía hace 25 años se vendían 20 millones de tarjetas postales al año; actualmente la cifra es de 5 millones.
Aunque no hay cifras de la caída de esta situación en México, resulta simbólica la cada vez mayor baja de actividad en el Servicio Postal Mexicano (Sepomex), que desde el gobierno de Felipe Calderón amenaza con declararse en quiebra.
2. Joyas
No hace tanto, comprar un diamante, un anillo de compromiso valioso o incluso unos aretes ‘reales’ (de piedras preciosas) se consideraba una gran inversión, e incluso, un excelente legado para nietos e hijos.
Hoy, los jóvenes menores de 30 años han demostrado que ese tipo de bienes no les importan gran cosa pues están más inclinados a invertir su dinero en experiencias (sobre todo en viajes y restaurantes).
Además, está el hecho de que esta generación se casa menos que otras (por la compra de anillos de compromiso). Pew Research calcula que esta generación se casa después de los 29 años, cuando años antes la edad era antes de los 26.
La industria más afectada con ello es la de los diamantes. La firma De Beers, considerada el productor más grande del mundo de diamantes, asegura que ha bajado 9% la venta de diamantes utilizados para anillos de compromiso.
Pero no sólo se trata de dinero. De acuerdo con Bank of America Merrill Lynch, hay generaciones que no están interesadas en las joyas o diamantes por un tema ético: su venta y extracción conlleva la destrucción de muchas reservas naturales y la explotación de muchos obreros.
3. Tarjetas de presentación
“Si quieres saber la edad de alguien, pídele su tarjeta: si te da una, seguro no es millenial”, bromea un ejecutivo en sus reuniones. La mayoría ríe, pero hay quienes aún se ofenden: las tarjetas de presentación han sido la base de muchos empresarios (hoy llamadas emprendedores), periodistas y todo tipo de profesionistas.
Esto va más allá de la edad: hoy hay infinidad de Apps que permiten intercambiar datos de contacto, además de que las redes sociales (especialmente LinkedIn) han sustituido el intercambio de tarjetas en reuniones de negocios o de trabajo.
Aún con todo, hay empresas que aún le apuestan a revivir el intercambio de tarjetas considerando que, al menos en Estados Unidos, todavía se imprimen 27 millones de ellas al año (pese a que la cifra es 2.5% menor a la de hace un año).
Fuente: Dinero en Imagen