El actor inglés Roger Moore, que murió a los 89 años de cáncer, fue el más elegante de los ocho actores que interpretaron al agente 007; además de pulcro, era una persona amable y paciente, que contrastaba con el carácter intolerable de Sean Connery que patea a paparazzis y periodistas. Vino a México a promover actividades de UNICEF, como Embajador de Buena Voluntad y fue muy tolerante conmigo cuando lo entrevisté, expresándome en inglés con dificultad. Al verme nervioso, me preguntó: “¿Tú tienes prisa?” Mi respuesta fue no y me contestó: “Pues yo tampoco, así que relájate y haz tu trabajo”. Sean Connery me hubiera agarrado a patadas.
CARLA ESTRADA, SIN ACCESO EN TELEVISA
Carla Estrada se presentó en Televisa, como todos los días desde hace 30 años, y su gafete estaba desactivado. Le dijeron que si no tiene un proyecto vigente, se desactiva automáticamente su acceso y no puede pasar, hasta que se le asigne otro proyecto, según las nuevas políticas de Televisa. Desconcertante y difícil de entender, porque ni la propia interesada encuentra explicación.
Yo no acabo de entender tampoco esa medida porque, en esencia, es un veto y se supone que los vetos ya desaparecieron, sobre todo en Televisa. Esto significa que un actor puede trabajar en la televisora que le convenga, pero por lo visto, Carla Estrada tendrá que gestionar telefónicamente un proyecto para entrar a su casa de toda la vida. Al quitar las exclusividades, actrices y actores padecen escasez de trabajo, y como consecuencia, no generan dinero. Hay actores como Fernando Colunga, Eduardo Yáñez, William Levy, que de momento no tienen apremios económicos porque la cantidad de dinero que recibían de Televisa cada mes, trabajaran o no, era en dólares y superaba los dos ceros.
La falta de dinero sí es preocupante, pero lo más serio para un actor, es que no lo llamen a trabajar y llegan a caer hasta en depresión por ese abandono y por la ausencia del aplauso, que es el oxígeno del artista.