De niños no soñaban con ser astronautas, médicos, bomberos o princesas y mucho menos policías o presidentes, pues de pequeños sus anhelos estaban ligados a los decibeles, guitarras y escenarios, sólo les faltaba crecer para ser unas auténticas estrellas de la música.
También las actuales estrellas del rock y del pop, y las que incluso ya pasaron a mejor vida, pasaron la edad de la inocencia en el patio, el jardín o el parque haciendo travesuras que, años después y ya siendo famosos, madurarían en otras más complejas, excéntricas y hasta salvajes.
Las celebridades de la música siempre guardan un anécdota de aquellos años maravillosos de la infancia, cuando el mundo era sencillo, divertido y, sobre todo, honesto. Pero también quizá no quieran recordar que una vida difícil aceleró el final de la inocencia, cuando aún eran muy pequeños para padecer y entender problemas tan grandes.
Cuando Robbie Williams tenía tres años y estaba de vacaciones en España se perdió en el hotel. Su madre lo encontró cuando él se subió al escenario de la piscina y cantó Summer Nights al más puro estilo de John Travolta.
“Todo se lo debo a John Travolta en Grease“, aseguró Robbie Williams, al rememorar su primera experiencia actuando en directo cuando interpretó Summer Nights, sacada del musical Vaselina, de 1978.
“Mis tres primeros años los pasé en un pub, y Summer Nights estaba en la máquina de discos. Esa fue la primera canción que me mostró que podía tener un futuro actuando”.
Había una vez una nada tímida niña, de nombre Stefani Joanne Angelina Germanotta, que antes de ser Lady Gaga solía cantar con su mini grabadora de juguete los éxitos de Michael Jackson y Cyndi Lauper. También canturreaba en los brazos de papá al ritmo de The Rolling Stones y de The Beatles.
La precoz niña bailaba en torno a las mesas de los restaurantes más chic del Upper West Side neoyorquino utilizando los palitos de pan como baquetas.
Y entonces un día la inquieta niña, de buena familia italiana de Nueva York, creció para convertirse en una exhibicionista artista polivalente.
Michael Joseph Jackson era el séptimo de los nueve hijos de Joseph y Katherine Jackson. Comenzó su carrera siendo sólo un niño de 11 años junto a sus hermanos en los Jackson Five, con quienes lanzó temas de éxito como I Want You Back o ABC.
Jacko tuvo un padre abusivo que incluso no permitía a sus hijos que lo llamaran papá sino Joseph y alguna vez relató que una vez que estaba durmiendo con la ventana abierta se coló por ella con una terrorífica máscara y lo asustó, después de esto, durante años Michael sufriría pesadillas que trataban sobre que alguien lo secuestraba en su cuarto colándose por la ventana. Incluso contó que a menudo lloraba y de la ansiedad comenzaba a vomitar al verlo.
En una reciente grabación en el juicio contra su médico Conrad Murray, el Rey del Pop explica con dificultad cómo quería hacer historia con su reaparición sobre los escenarios en la gira This Is It y que quería gastarse el dinero que obtuviera en construir el hospital infantil ‘Michael Jackson’.
“Elvis no lo hizo, los Beatles no lo hicieron”, comentó el creador de Thriller, quien consideró que Dios quería que él sí lo hiciera, “me preocupo por ellos (los niños). Los quiero porque yo no tuve infancia. Siento su dolor y puedo hacer algo”.
Vino al mundo como un sobreviviente, tras la muerte de su hermano gemelo mayor Jesse Aaron, y desde pequeño vivió la pobreza económica de sus padres, Vernon Presley y Gladys Smith, un conductor de camiones sin mayores aspiraciones en la vida y una ambiciosa costurera con sangre Cherokee.
A los 11 años, Elvis Presley quería una bicicleta para su cumpleaños, pero temerosa por su seguridad, Gladys le convenció para que se decidiera por una guitarra de 12 dólares. Su padre se burló de ello y profetizó: “Nunca vi a un guitarrista que valiera algo”. El tiempo y cientos de millones de dólares le demostrarían su error.
La familia de futuro Rey del Rock era religiosa y desde su infancia en los años 40, Elvis contempló y cantó, mientras los predicadores conducían a su congregación hasta el paroxismo, a menudo entre salvajes contorsiones. Estas serían dos de las principales influencias que moldearon no sólo su inquieta pelvis sino su estilo musical y, más tarde, a la música popular del Siglo XX en general: los ritmos negros y el gospel, siempre presentes desde su infancia.
Tras estudiar desde los ocho años en internados británicos de la India, Farrokh Bomi Bulsara -como realmente se llamaba el vocalista de Queen, Freddie Mercury– fundó su primer grupo con 12. Cuando apenas tenía 15, Tanzania se declaró independiente y la familia Bulsara se trasladó al Reino Unido.
Para sus padres y su hermana pequeña, Kashmira, que ahora tiene 60 años, fue un trauma, pero no para él, que descubrió en el Reino Unido de mediados de la década de los 70 un ambiente mucho más adecuado para sus intereses.
“La mayoría de nuestra familia eran abogados o contables. Pero Freddie insistía en que él no era lo bastante listo y que lo que quería era bailar y cantar”, relató la señora Bulsara.
Antes de ser la encarnación del pecado, Rihanna vivió un auténtico infierno gracias a las adicciones de su padre. Robyn Rihanna Fenton, como originalmente se llama la cantante, nació en 1988 en la isla de Barbados. Los primeros años de su vida estuvieron marcados por la drogadicción de su papá y los problemas maritales de sus progenitores, hasta que cuando tenía 14 años se separaron.
“Desde niña pude ver a mi padre drogarse”, destacó Rihanna, quien recordó la dura infancia que vivió frente a la adicción al crack por parte de su padre y también con una madre ausente que trabajaba todo el día… Desde muy pequeña, aprendí que mis padres discutían cuando habían papeles de aluminio sobre el cenicero”.
“Ya no pienso en esto ni tampoco me hace sentir enojada. A pesar de todos los problemas con mi padre, todavía tengo buenos recuerdos junto a él”, aclaró la cantante.
El rockero Ozzy Osbourne, que ha vendido más de 60 millones de discos en 30 años de carrera musical, reveló que sufrió abusos sexuales durante su infancia en su ciudad natal de Birmingham, en Inglaterra.
“Padecí abusos sexuales de niño”, confesó el cantante de 64 años y ex integrante de la banda Black Sabbath, en una entrevista que publicó el tabloide sensacionalista británico The Daily Mirror.
“Dos niños solían esperarme al salir de la escuela. Me obligaban a bajarme los calzoncillos. Me palpaban y me tocaban…Era terrible. Se convirtió en una cosa habitual cuando regresaba a casa”, destacó el excéntrico rockero.
En 1978, Roger Waters, el genio de Pink Floyd, decidió sacar todas las fobias de su cabeza y edificarlas en una ópera-rock, The Wall, donde habla de su infancia, de la escuela, de su madre, de las drogas y de su padre muerto en la guerra cuando él era un crío.
“Mataron a mi padre en la guerra cuando yo tenía unos meses, y yo crecí en Cambridge, Inglaterra, con mi madre, que es maestra de escuela. Ella no estimuló mi creatividad. Ella dice que no tiene oído musical, sea lo que sea lo que eso quiere decir, que no tiene ningún interés por la música, el arte o cosas así. A ella sólo le interesa la política.
“No tuve una infancia feliz. Odiaba la escuela, en especial después de haber ido al instituto. Aparte de los juegos, que me encantaban, odiaba cada segundo. Puede que hacia el final, cuando era un adolescente, ir a la escuela fuese sólo una confrontación de ‘nosotros y ellos’. Unos pocos amigos y yo formamos una camarilla bastante violenta y revolucionaria”, recordó el bajista.
FUENTE/EXCELSIOR