Al agua, patos. Los hijos de Jorge Salinas y Elizabeth Álvarez en clases de natación.
Nos encontramos en el cine a la hermosa pareja formada por Jorge Salinas y Elizabeth Álvarez. Alejandro y yo fuimos con nuestros compadres, Bisogno y Cristina, así que enseguida salieron a la plática los chamacos.
Resulta que nuestros hijos toman clases en la misma escuela de natación. Yo comencé a tomar clase con Rafaella y una maestra. Así que me metía a la alberca con ella. Aquello era un show porque a la hora de cambiarla, ahí les encargo cómo nos tardábamos horas en secarnos ambas el cabello y cambiarnos de ropa.
Yo lo hice un par de meses, pero después decidí que tomara solita clases con la instructora. Lo mismo le pasó a Elizabeth. Y para ella era más complicado, pues recordemos que es mamá de mellizos. “Yo con dos, no podía meterme a tomar la clase con ellos”. Y es cierto, pues no crea que se mete uno a la alberca a jugar. Nos ponen a chambear. A mí cada vez que me tocaba sumergirme con la niña, no se sabía quién era la que estaba tomando la clase, si la hija o la mamá.
El caso es que los Salinas Álvarez están felices por el desarrollo de Máxima y León, quienes por cierto están bellos. Nos ha tocado coincidir a la salida de la clase. Están enormes.
Mi comadre Cristina nos presumió que a Michaela Bisogno ya le dieron un diploma porque pasó al siguiente nivel. A Rafaella no le han dado nada todavía, pero ahí estamos dos veces por semana con tremenda emoción. Ahí me estoy la media hora esperando a sacarla de la alberca. Mientras le tomo foto, video y aplaudiéndole cada avance.
También me contó Jimena Pérez “La Choco” que lleva a sus retoños a la misma clase. Solo que Iker e Iñaki sí van bien avanzados. Cuando coincidimos en Acapulco, los hijos de Rafa y “La Choco”, parecen unos verdaderos buzos.
Volviendo al encuentro en el cine, Jorge aprovechó para invitarnos al teatro y vaya que tengo ganas de ir. Hace unos meses nos invitó César Évora y no más no se nos hace organizar la ida. Ahora sí les vamos a caer en Variaciones enigmáticas. Además me han dicho que las actuaciones son de primer nivel.
¡A gozar, que el mundo se va a acabar! Ah, cómo cambian los tiempos. Quién nos iba a decir que hasta en las salidas de parejas íbamos a terminar hablando de nuestros hijos. Pero como dijo Elizabeth: “Son nuestra mayor bendición”.