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Legado cultural de Yoshio: sus canciones, nobleza y su gran familia

“Anshin shite yasumu Yoshio”, que en buen español quiere de­cir: En paz descanses Yoshio. El cantante registrado como Gusta­vo Nakatani Ávila, nació un 15 de octubre de 1950, en la ciudad de México, hijo de Yoshigei Nakatan, quién llegó a nuestro país, prove­niente de Japón en 1932, gracias a un contrato con una tienda depar­tamental: El Nuevo Japón.

Mientras Yoshigei canta­ba en su vivienda, conoció a Emma Ávila que lavaba la ro­pa, se dio el romance, flore­ció y se casaron en 1935. An­te este hermoso pasaje de la vida de los padres del artista, el propio Yoshio lo contaba de la siguiente manera:

“Mi padre llegó a la Merced, ahí establecieron la fábrica de boto­nes. Conoció a mi mamá porque le rentó a mi abuela materna un cuar­to y le gustaba mucho cantar, fue el cantante oficial de la colonia ja­ponesa”, explicó el intérprete.

Además compartió que a pesar de que su padre no hablaba espa­ñol, eso no evitaba que cantara en su idioma. “No hablaba nada de es­pañol y se subía a la azotea a can­tar. Mi madre era la que lavaba la ropa de la familia y se veían en la azotea. Mi padre le preguntaba cómo se decían las cosas en espa­ñol y al año se casaron. Nunca ha­bló bien el español, pero se daba a entender”, confesó Yoshio.

 

Con sus hermanas Elvia y Graciela Nakatani.

 

La nostalgia invadía al cantante al momento de recordar su pasa­do: “Después de casarse, tuvieron ocho hijos, pero dos murieron muy niños. Yo me quedé como el más chico de tres hombres y tres mu­jeres. Mis dos hermanos ya murie­ron, uno de ellos fue pintor, Carlos Nakatani , que fue un gran acuare­lista”, platicó el músico.

La vida de la familia Nakatani no fue nada fácil, con la llegada de la segunda guerra mundial, el se­ñor Yoshigei, perdió su empleo, ante el negro panorama que se le presentaba, comenzó a idear algu­na forma de tener ingresos para mantener a su familia y entonces, inventó los cacahuates japoneses, un invento que cambió la cultura mexicana para siempre.

Y precisamente, fue el propio Yoshigei quién le sugirió el nom­bre de Yoshio a su hijo para cuan­do se hiciera cantante, ya que sig­nifica: “Hombre Noble”.

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Su viuda Marcela, su hijo Akira y su hija Kaoru.

 

YOSHIO NUNCA APRENDIÓ EL IDIOMA JAPONÉS

Resulta paradójico que Yoshio no hablara japonés y fue él mis­mo quién se encargó de explicar el motivo. “No aprendí a hablar ja­ponés porque mi padre se la pasa­ba trabajando y cuando llegaban los fines de semana se iba con sus amigos. Jugaba póker y era juga­dor compulsivo.

Sí perdió mucho dinero… Per­día, pero también trabajaba duro. Siempre en cuestión de deudas fue muy honorable, mi mamá sí ba­talló mucho con eso. Siempre lle­gaba a pedirle el dinero y ella que era la que administraba pues qué hacía, mi papá se lo llevaba. Gra­cias a Dios, con el tiempo terminó con ese vicio”, recordó.

Y en medio de eso, sus padres fueron un gran apoyo en su carre­ra como cantante y así lo dijo en su momento. “Para mí no había otra cosa más que el canto. Dejé la es­cuela a los 18 años y me compro­metí con mis padres a hacer una carrera artística. Mi papá se re­flejaba en mí y me dieron todo su apoyo. Le agradezco a Dios que en vida les di mucha felicidad porque disfrutaron mucho mi carrera”.

Sus hijos: Akira, Kaoru, Yoshigei y Hiromi.

 

PERDIÓ LA BATALLA CON­TRA EL COVID-19

El cantante mexicano Yoshio, perdió la vida por complicaciones derivadas del coronavirus a los 70 años de edad. Su esposa Marcela Hernández fue quien dio la noticia, a través de las redes sociales, de que falleció a las 16:50 horas del miércoles en el Hospital Xoco de la Ciudad de México, donde per­maneció internado durante 11 días.

El pasado 3 de mayo, el can­tante fue internado de emer­gencia en el hospital, donde días después fue entubado y aislado, como otros pacientes aquejados por el padecimiento, por lo que no fue posible que su esposa es­tuviera a su lado.

Cabe destacar que el 26 de abril, Yoshio ofreció un concierto vía streaming desde su cuenta de Facebook live, al que tituló Unidos en casa, en el que compartió con sus seguidores -quienes lo acom­pañaron durante sus cuatro déca­das de trayectoria- el gran amor que siempre le tuvo a la música. Descanse en paz… El Samurai de la canción, como se le conocía, igual que otro gran cantante ya fa­llecido: Pedro Vargas.

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Hermandad: Yoshio y su gran amigo, Miguel Cantón Zetina.

 

UN HOMBRE NOBLE

“Samurái” fue una de sus canciones más conocidas, junto con “Lo que pasó, pasó”, de Felipe Gil, con la cual partici­pó en el festival OTI de 1981 y ganó, sin olvidarnos de “Reina de corazones”. Su material discográfico más reciente lle­va el título Lo maraviYoshio de Álvaro Carrillo. Además del OTI, participó en festivales tales como Cantemos por México, en el 2017. En el Lunario del Au­ditorio Nacional, celebró en agosto del 2015 45 años de carrera. Además de es­to, también incursionó como conductor de radio y televisión y fue actor.

Publicado por
Alexis Montero
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