Las bromas y memes que ha provocado el último tatuaje en japonés de Ariana Grande, incluso después de que intentara solucionar el error ortográfico que incluía la versión original, han acabado por enfurecer a la cantante.
En un primer momento la estrella del pop trató de sobrellevar con paciencia y sentido del humor el revuelo que provocó el diseño, explicando que la única culpable de que acabara con una serie de caracteres kanjis en la palma de la mano que se traducían como ‘shichirin’ -un tipo de asador pequeño- era ella, ya que no había sido capaz de aguantar el tiempo necesario para completar la expresión que debía hacer referencia a su sencillo ‘7 Rings’ [Siete anillos] porque resultaba demasiado doloroso.
Poco después compartió la modificación que había realizado al grabado para acercarlo más al significado que debía tener originalmente, pero su decisión solo fue recibida con más burlas debido a que el resultado seguía sin traducirse exactamente como siete anillos.
La gota que ha derramado el vaso para la joven ha sido la oferta de un millón y medio de dólares que ha recibido de una compañía especializada en eliminar tatuajes con láser que se ha ofrecido a borrar el suyo -pagándole por hacerlo- a cambio de grabar todo el proceso en video con fines publicitarios. Su respuesta ha llegado en forma de un tuit tan directo como contundente: “Les daré a todos un millón de dólares si dejan de molestarme”, ha escrito junto a un enlace a uno de los artículos que se habían hecho eco de la noticia.
En un tono ya más serio, Ariana también compartió una serie de tuits -que ya ha eliminado por motivos desconocidos- en los que lamenta el acoso al que ha sido sometida por un simple tatuaje.
“En esta aplicación la gente no sabe ser amable o menos despiadada cuando alguien comete un error inocente. Nadie tiene en cuenta más sentimientos que los suyos propios. Nada tiene sentido”, ha asegurado al tiempo que asociaba ese trato despiadado que había venido recibiendo con la “ansiedad brutal” que padece y lamentaba que nada de lo que dijera o hiciera sirviera para aplacar a sus críticos, que han llegado a acusarla incluso de faltar al respeto a la cultura japonesa.