LÁZARO CÁRDENAS,Quintana Roo.-La sobada es una actividad previa a un parto normal, en el que interviene la figura de la partera indígena, cuya presencia en las poblaciones de la Zona Maya es imprescindible, rodeada de misterio y respeto.
Pero por otro lado se involucra la misma actividad en torceduras, composición de intestino doblado, “empacho” y rectificación de músculos de vértebras cervicales.
Doña María Benita Dzib May es una “sobadora” o masajista que ayuda a posicionar el feto previo al alumbramiento, además de aliviar problemas de torceduras, dislocaciones suavizando agarrotamientos, trabajando con personas provenientes de comunidades circunvecinas de Lázaro Cárdenas, a las que se suman de los municipios de Felipe Carrillo Puerto, Solidaridad y Benito Juárez.
En su comunidad de San Martiniano, la señora Dzib May, recibe a Quintana Roo Hoy haciendo un paréntesis a su labor de bordado, que de igual forma realiza para obtener recursos extras, demostrando su labor experta en prendas conocidas como hipiles que tiene un costo de 300 hasta 700 pesos.
“Así sobrevivo en esta selva, no puedes quedarte a dormir, tienes que trabajar para salir adelante” dijo.
Goza del respeto de las mujeres de su pueblo quienes la llaman “comadre” por el hecho de preparar el alumbramiento, iniciando con los masajes mensuales o según sea el tiempo o como se encuentre el nonato.
La ama de casa de 60 años de edad comenta que su labor inició luego de que su esposo hierbatero Felipe May falleciera, “estaba yo durmiendo cuando en sueños un ancianito, me encomendó hacer un trabajo a favor de mi pueblo”, relató en su lengua materna.
Oriunda de Xocen, Yucatán, pero radicada en este poblado desde hace 40 años, sostuvo que su labor la realiza acorde a las necesidades de su pueblo “algunos me regalan lo que consideran o yo les cobro según sea el trabajo”.
LABOR HISTÓRICA
La labor de una partera maya es de respeto desde las épocas prehispánicas y en las comunidades indígenas, permite cuando menos ahorrar en partos en hospitales o el pago de cesáreas como ocurre en las nuevas generaciones.
Se han encontrado referencias sobre las parteras en las escrituras mayas, por ejemplo, el Popol Vuh de los mayas Quiché, narra el caso de una diosa, partera a la vez, que fue la que molió maíz hasta el noveno grado de fineza para elaborar a los primeros seres humanos.
En Yucatán se tiene a Ixchel, la diosa maya de los partos, la procreación y la medicina, que fue conocida con muchos nombres, uno de los cuales fue “Sinahal”, señora de los partos.
En Lázaro Cárdenas, existe aproximadamente 15 mujeres consideradas como sobadoras o parteras.(Luis Méndez/Quintana Roo Hoy)