El ritmo de vida acelerado y la exigencia de la rutina, provoca que algunas personas descuiden su alimentación y coman en la calle, situación que los expone a ciertos riesgos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 600 millones de personas a nivel mundial se enferman por ingerir alimentos contaminados, y cerca de 420 mil mueren por la misma causa.
En México, el tema de la sanidad e higiene en los establecimientos es muy grave, pues según el último informe de la Comisión Federal Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), el 80% de los establecimientos dedicados a la venta y procesamiento de comida cumple con las normas establecidas por la institución, ante esta cifra, no es de sorprenderse que la comida mexicana se haya ganado una mala reputación que repercute hasta en su industria turística.
En Quintana Roo, la Cofepris suspendió ocho negocios entre febrero y marzo de este año, cuando no pudieron determinar la procedencia de la carne y especies utilizadas en sus procesos de elaboración de comida.
En tanto, el director del organismo en Quintana Roo, Miguel Alejandro Pino Murillo, explicó que si nuevamente esos establecimientos presentan alguna anomalía, serán clausurados de manera definitiva.
Agregó que las inspecciones representan un reto para su organización, pues no sólo deben de visitar restaurantes, sino también rastros, farmacias y hospitales, entre otros.
Detalló que sólo 50 personas se encargan de las supervisiones en todo Quintana Roo, los cuales están obligadas a atender las denuncias ciudadanas en un tiempo promedio de 48 horas, lo que representa una labor que supera las capacidades de las autoridades, convirtiéndose en un grave problema para un lugar que depende tanto de sus restaurantes como de negocios de comida, sobre todo, por la demanda alimentaria de la población residente a la que se suma la de los turistas.
Aunado a las condiciones climatológicas y ambientales como el calor y el alto consumo de productos marinos, además, la demanda de carne en Quintana Roo, se supera las capacidades de los nueve rastros autorizados y registrados ante las autoridades.
La situación en la entidad es una clara muestra de lo que ocurre en los demás estados, donde la demanda de alimentos y su supervisión superan la infraestructura y recursos de las dependencias sanitarias.