QUINTANA ROO.-El calentamiento global, el desarrollo turístico, la sobrepesca y la proliferación de macroalgas son las principales amenazas de los arrecifes de la Península de Yucatán, según resultados de una investigación realizada en forma conjunta por Greenpeace y el Laboratorio de Biodiversidad Arrecifal y Conservación (Barco) de la Unidad Académica de Sistemas Arrecifales de la UNAM.
En conferencia, destacaron que la investigación se realizó en diciembre de 2016 a fin de conocer la salud de estos ecosistemas, que requieren mayores esfuerzos gubernamentales para su protección.
Miguel Rivas Soto, de Greenpeace; y Lorenzo Álvarez, de Barco Lab de la UNAM, dieron a conocer que la expedición a bordo del “Rainbow Warrior” de Greenpeace permitió evaluar el estado de salud de arrecifes en las localidades de Alacranes, Cayo Arenas y Triángulos, pertenecientes al Banco de Campeche, algunos de los arrecifes más aislados y menos estudiados en el Golfo de México; además de Cozumel e Isla Contoy en el Caribe Mexicano.
Entre los hallazgos, se dio a conocer que, de 15 arrecifes estudiados, tres de ellos se encuentran en estado crítico, dos fueron catalogados como mal; cuatro en estado regular, cinco bien y sólo uno en muy buen estado, de acuerdo con el índice de salud arrecifal propuesto por la Iniciativa Arrecifes Saludables, que considera entre sus indicadores la cobertura de coral y macroalgas, así como la presencia de peces herbívoros y comerciales.
De los arrecifes de coral estudiados, ocho están dentro de alguna Área Natural Protegida (ANP) y siete corresponden a Cayo Arenas y Triángulos, que no tienen ninguna categoría de protección. Paradójicamente, fueron estos últimos los que tienen una salud de regular a muy bien, en parte por encontrarse a 150 kilómetros de la costa; sin embargo, también presentan indicios de sobreexplotación pesquera, en gran medida porque ninguno está dentro de alguna ANP, por lo que se ha pasado gradualmente de un modelo de pesquería artesanal a la pesquería semi-industrial, sin control ni vigilancia.
“Esto es un indicio de que no basta con decretar Áreas Naturales Protegidas para la conservación de ecosistemas, si no van acompañadas de Programas de Manejo que determinen las actividades que se pueden o no hacer dentro de ellas, así como la asignación de recursos suficientes para su implementación”, dijo Rivas Soto, encargado de las campañas de Océanos de Greenpeace México.
El informe también revela que pese a que la extensión de ANP con porción marina en Quintana Roo ha aumentado, los recursos destinados para su conservación han disminuido drásticamente en la última década.
En este punto, Rivas Soto comentó que, actualmente, se designan sólo 81 pesos por cada kilómetro cuadrado; 27 veces menos que en 2007, cuando la cantidad fue de 2 mil pesos por kilómetro cuadrado.
“Por ejemplo, hace 10 años el presupuesto para el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel fue de 7.72 millones de pesos, mientras que para 2017 recibió sólo 900 mil pesos, de acuerdo con las respuestas a las solicitudes de información hechas a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas”, aseguró.
“La alarmante reducción en los recursos financieros y humanos para las ANP evidencia la falta de compromiso del gobierno mexicano para la adecuada gestión y manejo de estos ecosistemas, situación que se acentúa tras la creación de las nuevas áreas protegidas, entre ellas, la más extensa del país: la Reserva de la Biósfera del Caribe Mexicano, cuyo Programa de Manejo debe ser un documento sólido, consensuado y con respaldo técnico y con un presupuesto acorde para garantizar su conservación”, aseveró el representante de Greenpeace.
PROBLEMA SERIO
Por su parte, Lorenzo Álvarez-Filip, investigador principal de Barco Lab y líder en el estudio a bordo del “Rainbow Warrior”, destacó que los arrecifes del Caribe enfrentan problemas como sobrepesca y la proliferación de macroalgas que se relacionan con la degradación de los arrecifes a nivel mundial, ya que compiten y ocupan el lugar que los corales dejan libre cuando mueren a causa del cambio climático, la contaminación de los mares o disturbios naturales.
“Una de las causas del aumento de macroalgas está asociada a la explosiva dinámica del turismo, principalmente de la porción norte del estado de Quintana Roo, debido a que las aguas residuales no están siendo tratadas adecuadamente y el alto contenido de contaminantes y nutrientes que llega al mar favorecen la proliferación de algas que actualmente tienen sometidos a los arrecifes a una alta presión para su supervivencia”, explicó.
Los arrecifes de coral ocupan sólo el 1% del total de los océanos, pero albergan a cientos de miles de especies, entre ellas más de 8 mil especies de peces, lo que representa casi el 25% de todas las especies de peces marinos conocidos hasta ahora.
Además, se estima que alrededor del 10 por ciento de la producción mundial de proteína para la alimentación humana se obtiene de estos ecosistemas, protegen a las costas de tormentas, huracanes y erosión.
Al ser uno de los atractivos turísticos y proveer de diversos servicios ecosistémicos se ha calculado que su valor económico anual a nivel global es de 36 billones de dólares.(Renán Moguel,Quintana Roo Hoy)