CIUDAD DE MÉXICO.- Al abrir la tumba de Salvador Dalí, sus bigotes seguían como manecilla de reloj marcando las 10 y 10.
Ésta parece la única noticia positiva para la Fundación Gala-Dalí tras la exhumación de los restos del artista el jueves por la noche.
La Fundación cargó ayer contra la juez que autorizó extraer de la cripta del pintor surrealista, ubicada en su casa-museo de Figueres (una pequeña localidad de Cataluña), muestras de ADN para una prueba de paternidad.
La demandante es Pilar Abel, una vecina del municipio que asegura que su madre tuvo una aventura con Dalí en 1955, cuando él había cumplido los 51 años y ella era una empleada doméstica de 25 en casa de unos amigos del pintor.
El secretario de la Fundación Gala-Dalí, Luis Peñuelas, definió la exhumación como “una situación incómoda” y “del todo improcedente”, y aseguró que existían alternativas menos agresivas con la memoria de Dalí, como comparar el ADN de Abel con su hermano, hijo fidedigno de los padres oficiales de la mujer.
Albert Segura, representante legal de la entidad, confirmó que tienen intención de reclamar compensaciones a los tribunales: “La exhumación supone un coste por la operación pero también posiblemente por la pérdida de venta de entradas.
La fundación estudiará acciones para ser compensada y en su momento solicitar un error judicial para reclamar responsabilidades”, dijo.Si se demuestra que Pilar no es su hija, le pedirán los costes del proceso.(Agencias / QUINTANA ROO HOY)