La Fiscalía mexicana ha observado este martes cómo Belinda se le ha vuelto a escapar. Desde que le declarara la guerra en 2013 por un posible delito de evasión fiscal, el organismo público ha perdido hasta ahora todas las batallas. Un juez federal ha negado por segunda vez la detención de la cantante, a quien se le acusa de defraudar a Hacienda por casi dos millones de pesos (unos 100.000 dólares), según informa el diario mexicano Reforma.
La Procuraduría había pedido que se ordenara su captura por presunto fraude y por destrucción o alteración de su contabilidad
La Procuraduría General de la República (PGR) había pedido dos veces a los jueces federales que ordenaran su captura por presunto fraude, primero, y por destrucción o alteración de su contabilidad, después. Ninguna de las solicitudes prosperó, los magistrados desestimaron las peticiones porque “el delito no estaba acreditado”. La imputación se remite a hace tres años, después de que la cantante sorteara una investigación fiscal al cambiar su domicilio. La PGR la tiene desde entonces en su punto de mira, pero ella asegura que está “muy tranquila”.
Belinda, que la semana pasada se amparó para que no la detuvieran, aunque no existiera ninguna orden formal en su contra, no iría a la cárcel por este delito. Las penas por defraudar al fisco con estas cantidades no superan los tres años de prisión, de manera que podría pagar una fianza y esperar a que pase el escándalo.
Un escándalo más para una cantante acostumbrada a esquivar polémicas. Durante la visita del papa Francisco este febrero a México desató la indignación por viajar en un helicóptero público, propiedad del Gobierno del Estado de Michoacán. Algunos la llamaron “la consentida” del gobernador, Silvano Aureoles. Ella enseguida lo desmintió, pero la imagen de una cantante recibiendo un trato preferencial —además del desvío de recursos públicos para ello— incendió el debate. En una entrevista a este diario zanjó el tema: “Yo me subo a donde me digan, así sea un camión, un tren o un coche. Yo no veo la logística ni tengo nada que ver”.
Algo similar respondió su abogado, José Luis Nassar, por ella cuando la PGR comenzó a pisarle los talones: “Que le debas al fisco no significa que cometiste un delito”. Y añadió: “Belinda constituyó la empresa Meutempo y como representante legal tenía que hacer el pago de los impuestos, sin embargo, ella desconocía esta responsabilidad”, señala el abogado al diario mexicano El Universal.
Pese a que las averiguaciones previas contra la cantante no se han cerrado todavía, Belinda ha lanzado un tuit rápido para aclarar que ella está “tranquila”. En su último comunicado ha insistido: “Dios me respalda, es mi abogado, estoy tan feliz y tan bien”.
Información; El País