El féretro era de bronce macizo y bañado en oro de 14 quilates, con un forro interior de terciopelo azul, según los expertos una pieza única en su género.
Tras un masivo funeral en el Staples Center de Los Ángeles, los restos de Michael Jackson fueron enterrados en el Gran Mausoleode Holly Terrace en el Glendale Forest Lawn Memorial Park, al norte de la citada ciudad.
Cabe mencionar, que luego de su sepultura, sus padres e hijos pidieron colocar un bloque gigante de concreto, con el fin de poder evitar que un ladrón intentara robar la tumba.