En una publicación en Facebook de la tarde del sábado, Rania Youssef dijo que juzgó mal cómo la gente reaccionaría al vestido que utilizó para la ceremonia de clausura del Festival Internacional de Cine de El Cairo de este año, que revelaba todas sus piernas a través de una gasa transparente.
“Quiero reiterar mi compromiso a los valores y ética que nos han inculcado en la sociedad egipcia”, dijo Youssef, cuyo comunicado no alcanzó a ser una disculpa.
Las imágenes de Youssef en el evento fueron muy compartidas en redes sociales y provocaron que un grupo de abogados presentara una demanda al procurador, quien rápidamente envió a la actriz a juicio. Muchas demandas se demoran meses o incluso más antes de que haya un dictamen, así que la rápida acción deja al descubierto el deseo de tranquilizar a quienes se sintieron ofendidos. Youssef deberá comparecer ante la corte el 12 de enero.
Emad Hussein, editor del respetado diario independiente Al-Shorouk, dijo que Youssef tenía todo el derecho, en teoría, de usar el vestido que quisiera, pero que su “gran error” fue que “parecía más un traje de baño”.
“Hay una ley que prohíbe ofender al público pero, más importante, hay valores sociales que deben respetarse”, escribió el domingo.
Es caso es el más reciente de la aceptación del conservadurismo religioso por parte de las autoridades lacias en un país mayoritariamente musulmán, en donde el ejército en 2013, entonces liderado por el actual presidente Abdel-Fattah el-Sissi, derrocó a un presidente islámico elegido libremente, pero divisivo.