Una película hizo estallar en la mente creativa de Michael Jackson la idea de hacer un video para la historia, una pieza única para su sencillo Thriller. Y ese deseo, que luego fue una obsesión, terminó por convertirse en un símbolo de la cultura pop.
En 1983, un año después de ver Un hombre lobo americano en Londres, Michael contactó al director de la película, John Landis, y al director de maquillaje, Rick Baker, para que lo transformaran en hombre lobo en el video.
Y es que en noviembre de 1982 se publicó el álbum Thriller –sexto en la carrera del polifacético artista– que desde su aparición en la escena musical fue un éxito. Con temas como Billie Jean y Beat It, este LP rompió todos los récords y sonaba en radiodifusoras de todo el mundo. A la postre, sería el disco más vendido de todos los tiempos y el que revolucionaría la música.
Pero le hacía falta una pieza. Y es ahí donde Michael puso todo su empeño, para crear ese cortometraje que empatara en calidad e impacto con el resto del álbum. En octubre 1983, en Los Ángeles, se filmó Thriller, escrito por John Landis y Michael Jackson, y dirigido por el propio Landis. La historia se contó en un formato de 35 mm., lo que, junto con la caracterización del hombre lobo en tiempo real, revolucionó la manera de crear videos musicales, marcó un antes y un después en la entonces incipiente industria del videoclip.
El resultado de este icono de 14 minutos: fue elegido como el mejor videoclip de la historia por la revista Rolling Stone y por el canal de música MTV. Ganó tres premios MTV, dos American Music Awards y un Grammy. Es el video musical más visto del planeta –se estima que más de 4 mil millones de personas–, tiene más de 500 millones de visitas en YouTube y ha sido el único video musical en ser incluido en el Registro Nacional de Cine por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos.