Redacción / Grupo Cantón
Espectáculos.- Priscilla Esquerra, nacida en San Diego y criada en Culiacán, ha captado la atención pública no solo por su papel como creadora de contenido y facilitadora energética, sino también por una historia de vida marcada por relaciones complejas y un profundo proceso de transformación personal.
Con más de 100 mil seguidores en Instagram y un podcast titulado Brillando como siempre, Esquerra comparte herramientas de desarrollo personal, belleza consciente y energía transformadora. Sin embargo, detrás del personaje digital, hay una historia marcada por una juventud turbulenta.
En distintos episodios de su podcast, Priscilla relata haber mantenido, desde los 15 y hasta los 23 años, una relación sentimental con Iván Archivaldo Guzmán Salazar, hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán y líder de “Los Chapitos”. Aunque evita nombrarlo directamente, las imágenes y testimonios en redes sociales la vinculan claramente con el entorno del Cártel de Sinaloa.
Desde una perspectiva de crecimiento personal, Esquerra ha hablado abiertamente de su pasado: creció en un hogar disfuncional, con una figura paterna ausente y bajo una presión constante relacionada con la imagen y el estatus. A esa edad, afirma, buscaba en su pareja lo que no encontró en casa: afecto, protección y pertenencia.
“Yo era una niña deprimida, una adolescente que no confiaba en mí misma… dependía mucho de mi pareja”, narra en uno de los episodios más escuchados. También menciona dinámicas de control, celos y baja autoestima que la llevaron a tocar fondo emocionalmente.
Fue a los 23 años, tras una crisis severa, que Priscilla decidió dejar esa relación, salir del país y rehacer su vida desde cero. El desarrollo personal, la lectura, las nuevas relaciones y la distancia del entorno que la formó fueron claves para una reconstrucción que hoy comparte con su comunidad digital.
Su vida sentimental también ha estado vinculada con el boxeador Gilberto “Zurdo” Ramírez, con quien tuvo un hijo. Esta relación también estuvo rodeada de polémicas, señalamientos de infidelidades y episodios públicos relacionados con la vida extradeportiva del pugilista.
Hoy, Priscilla Esquerra afirma que su misión es inspirar a otras personas desde su experiencia. Rechaza el rol de víctima y promueve una narrativa de elección consciente: “Tuve que pasar por mucho dolor y yo lo elegí, porque al final todo lo que estamos creando en nuestra vida es una elección”, afirma en su podcast.
Desde la oscuridad de una adolescencia marcada por el miedo hasta convertirse en una figura que promueve la sanación, Priscilla se ha propuesto mostrar que siempre hay un camino de salida… incluso desde los lugares más difíciles.