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25 abril, 2024

Lo que bien se dice... bien se entiende

Disrupción Educativa

Más que con las ideologías, la mayoría de los enfoques con los que se relaciona la disrupción sobre los cambios que se avecinan, es con la tecnología, incluso en un exceso. Desde mi humilde opinión, se ha llegado a creer que, con la introducción de cierta tecnología, podría cambiarse o mejorarse un modelo social. ¿Será esto posible y además efectivo?

En el ámbito educativo, hablar de comportamientos disruptivos se refieren a conductas de los estudiantes que llegan a dificultar el alcance de los objetivos de una clase; tales como exceso de ruido provocado por el movimiento de sillas o mesa bancos repetidamente, murmullos o incluso participaciones constantes de una sola persona o a destiempo, esto, por un lado.

Pero por otro lado está el enfoque de la pedagogía disruptiva o disrupción educativa, el cual debería provocar un cambio brusco del modelo educativo que actualmente prevalece en la mayoría de los sistemas. Este último es el tema que nos ocupa en esta colaboración.

Existen los conocidos hitos tecnológicos disruptivos, que han transformado, en su paso, las formas de hacer y pensar de la humanidad, desde internet, la máquina de vapor, la rueda, hasta el fuego mismo. Sin embargo, y aun con todas estas nuevas introducciones de los avances tecnológicos, no se ha logrado aún la consolidación como tal de un cambio brusco, importante o permanente en el sistema educativo, que vaya a la par con los otros ámbitos en los cuales sí se ha dado la disrupción como tal.

¿Qué es lo que sí podría considerarse disrupción educativa en el siglo actual? Pues bien, esta pregunta tal vez la deberían responder los grandes estudiosos del comportamiento y evolución del ser humano, pues es el ser humano el centro de todo cambio y es el mismo, el que ha tenido comportamientos modificados a partir de las nuevas tecnologías, mismas que se ha pretendido que sean herramientas para mejorar en materia educativa, pero que aún no han sido suficientes para servir de contrapeso a los tantos distractores que sí ha provocado.

Es probable que el proceso de cambio de los estilos de vida de la humanidad, acompañada de tantos avances tecnológicos enfocados a facilitar y hacer más cómoda la forma de vida, desde el transporte, alimentación, entretenimiento e incluso la educación, sean tales que con el tiempo provoquen de manera no tan brusca, pero sí determinante, la disrupción educativa que se espera.

Tal vez, lo disruptivo en la educación podría ser la formación de seres humanos autónomos y maduros y contar con profesores tan preparados como para que este enfoque pudiera hacerse una realidad, y como consecuencia dejar de requerir espacios, cursos y horarios restrictivos para atender más las necesidades y disponibilidad de cada persona.

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