CIUDAD DE MÉXICO.– Katrina Neathey llegaba todos los días cansada a casa. Trabaja en una empresa de limpieza. Las jornadas son pesadas, junto con su esposo Gareth se organizaban para llevar a cabo las tareas del hogar. La historia tuvo lugar en el año 2018, pero es un modelo para convencer a los hijos a ayudar en las labores de casa.
Tienen tres hijos: Hayden de 19 años, Joshua de 18 años y Olivia de 13 años. Conviven y se llevan bien, pero… la limpieza del hogar es importante para todos.
Katrina se esperaba en mantener el orden en casa: Trapeaba, sacudía, lavaba los utensilios de cocina… lo hacía en colaboración con Gareth, las pocas de las veces, sin embargo, pensó que lo menos que podía esperar era que sus hijos mantuvieran ese orden.
Sin embargo, no fue así… un día al llegar a casa encontró manchada con lodo la alfombra, que le había costado 129 mil pesos. Había molestia, lo notaron sus hijos, aunque pensaron que a su mamá se le pasaría pronto.
Era hora de poner límites en casa. Y si no era por las buenas, sería a través de reglas. La situación la platicó con Gareth y juntos idearon contratos para cada uno de los hijos. Habría puntos que no se debían de trasgredir y si lo hacían, se impondrían multas de 122 pesos por cada punto que no se cumpliera.
Katrina le habló sobre los contratos a sus hijos. Una sonrisa fue la respuesta, hasta que a cada uno les entregó el documento con los puntos a cumplir. Especificó que Joshua y Hayden, quienes cuentan con trabajo, debían pagar; mientras que a Olivia se le dejaría un día sin celular.
Con información de Excelsior