Redacción / Grupo Cantón
Viral.- Lo que prometía ser una noche mágica de música y luces se convirtió en una tormenta digital para Andy Byron y Kristin Cabot, presuntos ejecutivos de la empresa tecnológica Astronomer, quienes fueron captados por la “kiss cam” en medio del concierto de Coldplay en el Gillette Stadium de Boston.
El momento ocurrió cuando Chris Martin, vocalista de la banda, decidió interactuar con el público y pidió mostrar en pantalla a algunos asistentes del show. La cámara enfocó a Byron y Cabot, quienes aparecieron abrazados, relajados y disfrutando del ambiente… hasta que se dieron cuenta de que estaban en pantalla gigante.
Su reacción fue inmediata: cubrieron sus rostros, se separaron y evidenciaron una incomodidad tan notoria que bastaron segundos para que las redes sociales hicieran lo suyo. El video original, difundido en TikTok, alcanzó millones de reproducciones en pocas horas y generó una oleada de memes, parodias y especulaciones, principalmente en México, donde el tema se volvió viral.
El momento fue coronado por un comentario espontáneo de Chris Martin: “O tienen una aventura o simplemente son muy tímidos”, desatando risas entre los asistentes, pero también alimentando el morbo digital.
Usuarios de redes no tardaron en identificar a los involucrados, revelando detalles sobre sus cargos laborales y vínculos personales. La presunta cercanía entre ambos y su evidente incomodidad frente a las cámaras derivaron en sospechas de una posible infidelidad, lo que terminó por convertir una escena casual en un caso viral de exposición no deseada.
En México, el episodio fue objeto de múltiples bromas, memes y hasta reinterpretaciones usando figuras públicas del ámbito político y del espectáculo, lo que impulsó aún más la viralización. La creatividad digital convirtió lo que parecía un momento privado en una tendencia global.
Este suceso ha puesto nuevamente sobre la mesa la discusión sobre los límites entre la privacidad y el entretenimiento, y cómo los momentos espontáneos captados en eventos masivos pueden tener consecuencias personales inesperadas cuando son amplificados por la tecnología y las redes sociales.