REDACCIÓN
GRUPO CANTÓN

CANCÚN.- La tanatología como ciencia es el estudio de una vida que, de manera innegable, incluye a la muerte, el conocimiento de la muerte, los mitos y los ritos que la envuelven. En una terapia tanatológica hay diferentes enfoques según el caso; en una etapa primaria se ayuda al paciente terminal y a su familia a aceptar el momento en que la separación se acerca, evaluando la conceptualización del grupo con la muerte sin importar el credo. La muerte puede verse como el paso a otra forma de vida. Cualquiera que sea la religión que se profese, esta perspectiva siempre ofrece un consuelo.

Se trata de llegar a un lugar de aceptación, esperanza y paz; una paz que llegue a través de la calidad de vida durante la enfermedad, manteniendo al paciente cómodo y tan lejos del dolor como sea posible, ayudándole a tener una muerte digna lo que implica una atención adecuada para resolver problemas, que esté rodeado de amor, que sus gustos, necesidades y deseos se respeten, que tenga opciones reales, nada de expectativas falsas, y que tenga libertad para tomar decisiones.

Cuando llega una enfermedad terminal se identifican 5 etapas de estado de ánimo en el paciente que deben quedarle claras para que pueda lidiar con su enfermedad y, más que nada, para que la familia entienda los “síntomas” y sepa manejarlos con paciencia y mucho amor:

• La primera etapa es la negación. El paciente quiere muchas opiniones más pues está seguro de que debe haber un error. En ella, el paciente no acepta lo que dice su doctor y su familia, todo es una confusión y un desatino.
• La segunda etapa es la ira. El paciente se rebela contra su condición y se pregunta ¿por qué yo? Esta etapa, aunque es dura para los que le viven de cerca, es necesaria para llegar a la etapa final de aceptación.
• La tercera etapa es el pacto o negociación. El paciente asume su situación pero trata de negociar el diagnóstico y el tiempo. Promete portarse bien, dejar de hacer cosas para postergar el momento.
• La cuarta etapa es la depresión. La enfermedad sigue su curso y el paciente empieza a sentirse una carga para aquellos a los que ama. Es el momento que más necesita estar rodeado de amor, paciencia y de gente que le asegure que no es una molestia.
• La quinta etapa es la aceptación. Este es el momento en el que se resuelven asuntos, se hacen planes para los que se quedan, se dejan cuentas saldadas. Es el momento en que no hay ni felicidad ni dolor, sino paz.

Vía Agencia.