Jocelyn Díaz / Grupo Cantón
Cancún.- La ciudad vivió este fin de semana una velada que quedará en la memoria de todos los amantes del bolero. El Teatro de Cancún se llenó de almas bohemias que acudieron con el corazón abierto para recibir con enorme cariño al maestro Rodrigo de la Cadena y a Los Miranda, quienes, tras enamorar a Valladolid y Mérida, llegaron al Caribe mexicano con su gira “Aún Románticos”.
Desde que Rodrigo apareció en el escenario, el ambiente se encendió. Los aplausos no paraban y entre el público se escuchaban gritos de “¡Bravo, maestro!”, “¡Te amo!” y “¡Guapo!”. La emoción fue creciendo con cada nota y se desbordó aún más cuando el cantante, acompañado por El Escuadrón Bohemio y por la impecable armonía vocal de Los Miranda, abrió la noche con Peregrina, tema de Luis Rosado Vega, un arranque perfecto para una velada cargada de nostalgia, pasión y recuerdos.
Rodrigo, fiel a su estilo, no solo cantó: también habló desde el corazón.
“Esta gira que hemos titulado Aún Bohemios es porque pese a todo, estamos resistiendo los embates del mercantilismo… En Quintana Roo tenemos un compromiso, una responsabilidad y un inmenso amor por este paraíso donde ustedes viven, esta ciudad que nos abre las puertas como a tanta gente. Hoy estamos los nuestros cantando para los nuestros”, dijo ante un público que lo escuchaba con atención y cariño.
Después de esas palabras, cedió el escenario a Los Miranda, un grupo de jóvenes con voces poderosas y armonías impecables que conquistaron a todos con canciones como Ven que te quiero, Presentimiento y Contigo aprendí.
El regreso de Rodrigo al escenario marcó el inicio de una segunda parte aún más intensa. Con su característico buen humor, generosidad y ese carisma que lo distingue, el cantante continuó con una selección de temas inolvidables. En un gesto lleno de humildad, cedió el reflector al tenor cancunense Miguel López, quien, desde su lugar entre el público, interpretó una emotiva versión de Canción Mixteca, obra del compositor José López Alavez, provocando un cálido y prolongado aplauso.
La noche avanzó entre ovaciones y suspiros con canciones que forman parte del alma del romanticismo, como Solamente una vez de Agustín Lara y Quizás, quizás, quizás de Osvaldo Farrés. Tampoco faltó un bello popurrí de temas de Armando Manzanero, a quien Rodrigo recuerda siempre con profundo cariño, ni el homenaje al compositor quintanarroense Carlos Gómez Barrera con Tú eres mi destino, pieza que emocionó especialmente al público local.
Para acercarse al final de la velada, Rodrigo invitó de nuevo a Los Miranda al escenario. Juntos interpretaron un popurrí de éxitos del cancionero popular latinoamericano, con temas de Mocedades, Trigo Limpio y Sergio y Estíbaliz. Él mismo bautizó a los jóvenes como Motribaliz mientras el público coreaba Búscame, Quién te cantará y Te quiero para mí.
La recta final del concierto se convirtió en un viaje musical lleno de sorpresas: improvisaciones de Venecia sin ti de Charles Aznavour, un guiño a Ray Charles y, tras el clásico “¡Otra, otra!” que retumbó en la sala, un emotivo homenaje a José José que puso de pie a todos los presentes.
Más de dos horas de música, risas, nostalgia y emociones intensas fueron el marco de una noche que recordó por qué el bolero sigue vivo en el corazón del público. Rodrigo de la Cadena, visiblemente emocionado, agradeció a cada uno de sus músicos, a sus aliados del Teatro de Cancún y, sobre todo, a ese público que lo acompaña y lo aplaude siempre, dejando en el escenario un esperanzador “hasta pronto”.