Javier A. Cervantes / Grupo Cantón
Cancún,-La Independencia de México fue un proceso complejo y prolongado que se desarrolló entre 1810 y 1821, y que marcó el nacimiento de México como nación soberana.
Durante años, los libros de historia destacaron principalmente a los líderes militares y políticos masculinos, pero hoy se reconoce también la valiosa y decisiva participación de muchas mujeres que arriesgaron todo por la libertad.
Juntos, estos personajes constituyen a los padres y madres fundadores de México.
La lucha por la independencia comenzó el 16 de septiembre de 1810 con el Grito de Dolores, proclamado por el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, quien convocó al pueblo a levantarse contra el dominio español. Hidalgo es considerado el Padre de la Patria y el iniciador del movimiento independentista.
Tras su ejecución en 1811, la causa fue retomada por José María Morelos y Pavón, también sacerdote, quien organizó la lucha con mayor estructura militar y política.
En 1813 presentó el documento Los Sentimientos de la Nación, en el que planteó la independencia absoluta, la soberanía popular, la abolición de la esclavitud y la eliminación de los privilegios de clase.
Uno de los insurgentes más persistentes fue Vicente Guerrero, quien resistió en el sur del país cuando gran parte del movimiento había sido desarticulado.
En 1821 pactó con el militar realista Agustín de Iturbide, dando origen al Plan de Iguala, que establecía tres garantías: religión, independencia y unión.
Así nació el Ejército Trigarante, que entró triunfalmente a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, consumando la independencia.
Aunque Iturbide fue proclamado emperador en 1822, su gobierno fue breve y terminó con su abdicación.
En 1824, se instauró oficialmente la república, y Guadalupe Victoria, otro insurgente destacado, se convirtió en el primer presidente de México.
A lo largo de este proceso, las mujeres jugaron un papel crucial, aunque durante mucho tiempo fueron ignoradas por la historia oficial. Muchas de ellas participaron como espías, mensajeras, financiadoras, estrategas e incluso combatientes.
Josefa Ortiz de Domínguez, conocida como La Corregidora, fue clave en la conspiración de Querétaro. Al enterarse de que serían descubiertos, logró avisar a los insurgentes, lo que adelantó el inicio del movimiento.
Leona Vicario, una de las primeras periodistas del país, apoyó abiertamente a los insurgentes con recursos, información y propaganda. Fue perseguida y encarcelada, pero nunca abandonó la causa.
Gertrudis Bocanegra organizó redes de comunicación para los insurgentes. Fue capturada por las autoridades virreinales y ejecutada en 1817.
Mariana Rodríguez del Toro de Lazarín planificó una toma del poder en la capital en un momento clave, aunque fue descubierta antes de llevarlo a cabo. Su participación demuestra el papel político activo de las mujeres en el conflicto.
Antonia Nava, apodada La Generala, acompañó a su esposo en el campo de batalla y alimentó a las tropas insurgentes. Es recordada por su sacrificio y valentía.
La Independencia de México fue mucho más que una serie de batallas.
Fue un movimiento impulsado por ideas de libertad, justicia e igualdad, y fue protagonizado tanto por hombres como por mujeres de distintas clases sociales, razas y regiones del país.
Reconocer a los padres y madres fundadores de México no solo permite honrar su memoria, sino también construir una narrativa histórica más completa, inclusiva y justa.
Cada septiembre, al recordar el inicio de la lucha por la independencia, también se honra el legado de quienes imaginaron y lucharon por un México libre.