De la Redacción
GRUPO CANTÓN
EU.- Se acercan las celebraciones de Halloween que se han hecho una tradición no solo en Estados Unidos, sino también en México, sin embargo no podemos dejar pasar el verdadero origen de esta celebración de la que cada vez nos apropiamos más. Y es que no solo son los dulces, las bromas y los disfraces, son una mezcla de diversos hechos y mezcla de culturas de países occidentales que ocurrieron tiempo atrás y que llevaron a que hoy se celebre de la forma que lo hacemos la llamada Noche de Brujas.
Los orígenes de Halloween se remontan a hace más de 3.000 años, según la Universidad de Oxford, cuando los pueblos celtas de Europa celebraban su año nuevo, llamado Samhain, en el que hoy consideramos el día 1 de noviembre. La víspera de este festival de la cosecha gaélico, Samhain —lo que nosotros conocemos como Halloween— se creía que los espíritus caminaban por la Tierra mientras viajaban al más allá, junto con otras criaturas, como hadas y demonios. Este ritual servía para despedir a Lugh, el dios del Sol, y dar la bienvenida a las noches cortas y frías que traía consigo el otoño.
Según el American Folklife Center de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, además de sacrificar animales a los dioses y reunirse alrededor de hogueras, los celtas llevaban disfraces —probablemente pieles de animales— para confundir a los espíritus, o quizá para evitar que los poseyeran.
También se cree que con las máscaras o caras ennegrecidas que llevaban durante esta celebración personificaban a los muertos, y muchas culturas permitían a los jóvenes vestirse de mujeres y viceversa, rompiendo así lo socialmente establecido.
En una forma primitiva de «truco o trato», se cree que los celtas disfrazados de espíritus iban de casa en casa haciendo tonterías a cambio de comida y bebida. Esta práctica podría proceder de la costumbre de dejar comida y bebida a las puertas de las casas como ofrendas para los seres sobrenaturales.
Samhain se transformó cuando las autoridades cristianas se apropiaron de festividades paganas. Con la conquista del territorio celta por parte del Imperio romano, esta fiesta se mezcló con otras fiestas de origen romano como la Fiesta de la Cosecha. En el siglo VII, el papa Bonifacio IV decretó el 1 de noviembre el día de Todos los Santos para honrar en un único día a todos aquellos mártires que habían dado du vida por su fe.
Así, la noche anterior, la víspera del Samhain, continuó celebrándose con hogueras, disfraces y desfiles, pero comenzó a llamarse la “Víspera de Todos los Santos”, en inglés All Hallow´s Eve, que terminó derivando en «Halloween». Las tradiciones de Halloween difieren en los diferentes puntos del mapa, pero de manera general se encuentran los famosos dulces de Halloween, el truco o trato, los disfraces fantasmagóricos, tallar calabazas, encender hogueras, hacer bromas, visitar atracciones embrujadas, contar historias de miedo o ver películas de terror.
Desde que surgió la Iglesia, importantes celebraciones cristianas, como Navidad, Pascua y Pentecostés, tienen vigilias que comienzan la noche anterior. Por ello, en muchas partes del mundo, en las celebraciones cristianas de la víspera de Todos los Santos sigue siendo tradición encender velas en las tumbas. En la historia, algunos cristianos se abstuvieron de comer carne en este día de vigilia, y de ahí podría haber llegado a nuestros días la costumbre de comer manzanas, panqueques y pasteles.
En 1840 los inmigrantes europeos transmitieron a América sus versiones de la tradición durante la Gran hambruna irlandesa. Fueron ellos quienes difundieron la costumbre de tallar los jack-o’-lantern, las calabazas gigantes huecas con una vela dentro, inspiradas en la leyenda de «Jack el Tacaño». Ya entonces esta fiesta quedó arraigada en Estados Unidos y Canadá, pero no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921, cuando se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota. En 1920, la ciudad empezó a celebrar un desfile y a encender una gran hoguera para conmemorar este día. Algunos historiadores afirman que la celebración podría haber sido un intento de poner fin a las gamberradas de Halloween.
Finalmente, la internacionalización de Halloween se produjo a finales de los años 1970 y principios de los 1980 gracias al cine y a las series de televisión, cuando en 1979 se estrenó Halloween, de John Carpenter, una película ambientada en la víspera de Todos los Santos que supuso una referencia para el cine de terror.
El empuje vino también del hecho de que más de un tercio de los estadounidenses afirman creer en fantasmas, según una encuesta de AP-Ipsos llevada a cabo justo antes del Halloween de 2007. El 23 por ciento dijo haber visto un fantasma o haber sentido la presencia de alguien. Según la encuesta, aproximadamente una de cada cinco personas cree que los hechizos o la brujería son reales.