Jocelyn Díaz / Grupo Cantón
Cultura.- La noche del sábado, el Teatro de la Ciudad se llenó de emoción, música y orgullo. No era un concierto cualquiera: era una fiesta del alma. La Compañía Municipal de Coro regresó a casa después de conquistar Europa con su talento coral y lo hizo con “Veni, Vidi, Vichi II”, un emotivo recital de bienvenida que compartió mucho más que música: compartió historias, anécdotas y el eco de los aplausos del otro lado del Atlántico.
Con apenas dos años de vida, el coro se midió ante agrupaciones centenarias del mundo en el marco de los Juegos Corales y el Grand Prix de las Naciones, realizados en Dinamarca. Volvieron no sólo con medallas, sino con el corazón lleno de experiencias inolvidables… y con una noticia que podría cambiar el rumbo de su historia: una posible invitación para cantar en el icónico Carnegie Hall de Nueva York.
“Este no es solo un concierto, sino una celebración de regresar a casa, de compartir con ustedes nuestras aventuras, nuestros triunfos, alegrías y todo lo que vivimos en las semanas que estuvimos en Dinamarca en este gran evento”, expresó con emoción Noé Garrido, director artístico de la Compañía Municipal de Coro de Cancún. En el escenario, junto al público, agradeció públicamente a cada uno de los integrantes de la compañía por su entrega total en cada escenario y cada competencia.
La velada arrancó con el repertorio de polifonía y coro de cámara, bajo la dirección del maestro Miguel Ángel García, con el que obtuvieron diploma de oro en Europa. “Comparado con nuestra participación del año pasado, mejoramos un 16% en nuestra calificación musical”, señaló Garrido con orgullo, marcando así un crecimiento notable en el desarrollo técnico y expresivo del coro.
Pero la noche tenía preparada una revelación aún más emocionante. Al compartir su experiencia en la categoría de folclor, Noé relató el momento en que fueron calificados por un jurado de élite, entre ellos Deke Sharon, músico, arreglista, productor y director estadounidense considerado el padre del movimiento a cappella contemporáneo, creador de varios temas de la marca Disney.
“Después de calificarnos, Deke dijo: ‘Trajeron a su presentación verdadero arte y maravillosa técnica’. Más tarde se acercó y nos compartió algo que nos dejó sin aliento: ‘He trabajado durante muchos años en grandes salas de concierto, puedo hacer que este coro reciba una invitación para cantar en el Carnegie Hall’”, contó Noé, despertando una ovación entre el público.
Eso sí, advirtió que este sueño apenas comienza: “Para lograrlo necesitamos hacer conciertos de recaudación… y que Trump nos apruebe las visas”, bromeó, sin perder de vista la seriedad del reto que tienen por delante.
La segunda parte del concierto incluyó el repertorio de folclor con el que obtuvieron la mejor puntuación en el Grand Prix, alcanzando la clasificación directa gracias a su perfección vocal, afinación impecable y una entrega escénica con sangre latina que emocionó a jueces y público por igual.
El Coro Municipal no solo ha logrado posicionarse como embajador cultural de Cancún, sino que está escribiendo su propia historia con voz firme, con la esperanza de que pronto su canto resuene en una de las salas más emblemáticas del mundo: el Carnegie Hall. Mientras tanto, su música sigue viva en casa, en el corazón de su gente.