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23 abril, 2024

Lo que bien se dice... bien se entiende

By the book

Hace unas semanas, un electricista se presentó para revisar una falla en una instalación y dijo que la situación era muy grave porque el que hizo ese trabajo lo había hecho MUY MAL, y esa había sido la misma respuesta de uno antes.

Pero al hacer el análisis de otras personas, parecía que era una constante, porque lo mismo decía el plomero, el odontólogo, el mecánico y muchos más ejemplos que salieron a la luz en esa mesa de tópicos. By the book es una frase que se usa cuando todo se ha hecho según las reglas y pareciera que culpar a los demás o a los que antecedieron en algo, fuera la regla.

O quienes usan ese argumento para denostar a los anteriores, lo hacen por recomendación de algún asesor o by the book. Con lo antes expuesto, viene al caso una anécdota que hace unos 25 años se hizo muy popular en los pasillos de la universidad y se llama, las 3 cartas, consistente en la experiencia de un asesor político que le dio un día a un presidente de un país, tres cartas que él debería abrir sucesivamente si las cosas le iban mal. Así sucedió, con lo que el mandatario se enfrentó a la primera misiva.

El mensaje era escueto, pero rotundo. Decía: «Échale las culpas a tu predecesor». Aquello surtió efecto durante algún tiempo, pero no fue suficiente para resolver los problemas, por lo que el gobernante tuvo que abrir la segunda carta. Esta decía: «Échale la culpa a la crisis general; di que es tan intensa que a pesar de las acertadas medidas que tomas para enfrentarla, las soluciones aún tardarán en llegar». Así lo hizo con fortuna desigual porque el argumento convenció a los convencidos y no satisfizo a los detractores que criticaron su reacción tardía y el desacierto de sus decisiones.

El presidente no tuvo más remedio, entonces, que rasgar la tercera carta: «Vete escribiendo las tres cartas». A veces parece que culpar a otros de lo que sale mal, fuera un camino fácil, tanto en la vida personal como en lo profesional. Sin embargo, dar resultados siempre es la mejor manera de demostrar que se trabaja en beneficio de quienes corresponda, al dar resultados también se eleva el grado de satisfacción tanto del colectivo como de quienes dirigen.

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