En su primera reunión virtual, los presidentes de México y de Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, inauguraron su relación sin “ninguna discrepancia”
En su primera reunión virtual, los presidentes de México y de Estados Unidos, Andrés Manuel López Obrador y Joe Biden, inauguraron su relación sin “ninguna discrepancia”, si bien no cerraron todavía un acuerdo para compartir vacunas anticovid y evitaron enfrentarse por la polémica reforma eléctrica mexicana.
En general fue un encuentro amistoso respetuoso y con mucho énfasis en la cooperación para el desarrollo. No hubo ninguna discrepancia. Así se lo digo de manera categórica: ni una sola discrepancia”, resumió López Obrador en su rueda de prensa matutina en el Palacio Nacional el día después del encuentro por videoconferencia entre ambos gobiernos.
Un tono muy diferente al que había con los Estados Unidos de Donald Trump, con quien López Obrador siempre presumió de una buena relación aunque el tema migratorio derivó en choques y serias amenazas por parte de la Casa Blanca.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, quien tuvo que viajar varias veces a Washington para calmar los ánimos de Trump, celebró en redes sociales que la comunicación con Biden fue “fácil y cordial” y que se plasmó el “renacimiento de una visión común en Norteamérica“.
“Es un buen comienzo, la comunicación fluyó y fue una relación sumamente cuidada. Como decimos en México, estuvo ‘planchada’ por los equipos con anterioridad”, opinó para Efe Guadalupe González, experta en Relaciones Internacionales del Colegio de México.
Encima de la mesa del encuentro, virtual por la pandemia, estaba el asunto de las vacunas contra el COVID-19 después de que México haya levantado la voz ante la ONU en nombre los países latinoamericanos por la falta del acceso equitativo al fármaco.
La portavoz de Biden, Jen Psaki, había aguado antes de la reunión la posibilidad de un acuerdo para que México tuviera acceso a vacunas producidas en Estados Unidos, pero el presidente estadounidense matizó posteriormente que sí hablarían del asunto.
Hubo una actitud del presidente Biden de mucha comprensión en este tema a nuestro planteamiento y los equipos de los dos países verán qué es posible y cuándo”, detalló este martes el presidente de México, país que debe comprar las vacunas a la fábrica que tiene la estadounidense Pfizer en Bélgica debido al veto de las plantas en Estados Unidos.
López Obrador admitió que no se puede decir que “se logró ya el acuerdo”, pero “tampoco de que no hubo acuerdo”, y resumió que la charla sobre este asunto “fue bien”.
El acercamiento más visible entre los dos gobiernos es por el asunto migratorio, pues Biden paralizó la construcción del muro fronterizo y pretende impulsar una reforma para regularizar a 11 millones de indocumentados, en su mayoría de origen mexicano.
El presidente de México reveló este martes que Estados Unidos “va a analizar” su propuesta de un programa para visados de trabajo a mexicanos y centroamericanos, y desempolvaron el plan de desarrollo para Centroamérica, desdeñado por Trump.
Le causó risa porque le dije que generó muchas expectativas porque le ven como el presidente migrante”, dijo López Obrador.
Nada que ver con Trump, quien presionó a México para que blindara en 2019 la frontera con Guatemala y aceptara acoger en su territorio a los migrantes que esperan su solicitud de asilo ante cortes estadounidenses.
La cautela con la que López Obrador trató siempre a Trump, provocó que México tardara más de un mes en reconocer la victoria de Biden, algo que no afectó en la reunión.
“No fue necesario el pragmatismo que había con Trump para evitar el conflicto y apaciguar al monstruo que tenía enfrente”, dijo la experta del Colegio de México, quien consideró que esta nueva relación seguirá “cauces institucionales”.
Muestra de ello es que optaron deliberadamente por esquivar la polémica sobre la reforma eléctrica de López Obrador, que ha elevado la tensión entre las empresas estadounidenses y el Gobierno de México porque prioriza la eléctrica del Estado por delante de las compañías privadas.
De acuerdo con el relato ofrecido en la conferencia de prensa, López Obrador le explicó a Biden que México está buscando la “autosuficiencia energética” y el estadounidense solo “escuchó”.
Para la experta, es indudable que el tema energético generará “conflicto y tensiones” entre los gobiernos, pero el tratado comercial T-MEC ya prevé mecanismos legales para resolverlos, por lo que no tenía por qué discutirse en la reunión.
Por contra, prefirieron comenzar esta relación con elogios de lado a lado del río Bravo.
Vemos a México como un igual, no como alguien que está al sur de nuestra frontera”, dijo al inicio del encuentro Biden, quien, conocedor de la devoción de López Obrador, tuvo unas palabras para honrar a la Virgen de Guadalupe, patrona de México.
López Obrador, muy dado a las referencias históricas, le respondió corrigiendo una popular frase del dictador mexicano Porfirio Díaz (1884-1911) que lamentaba: “pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”.
“Ahora puedo decir que es maravilloso para México estar cerca de Dios y no tan lejos de Estados Unidos”, matizó el mexicano.
Con información de EFE